Carlos Mota | El Financiero | 4 de marzo de 2016.
Debido al estrés que existe en algunas personas de la industria de medios masivos de comunicación por la reconfiguración de la televisión abierta, por las licitaciones de frecuencias de radio que están en puerta y por el estancamiento del mercado publicitario, hay exabruptos argumentales que de vez en cuando se convierten en juicios flamígeros contra ciertas empresas.
Una empresa que ha sido juzgada duramente durante el último año y medio ha sido Grupo Radio Centro, por el solo hecho de que su dueño, Francisco Aguirre, se atrevió a imaginar que la televisión abierta era un paso natural para la expansión de su negocio.
Desafortunadamente el primer intento de Aguirre no fue fructífero, y no pudo concluir exitosamente su incursión en el proceso licitatorio del año pasado; pero no por eso se le tiene que juzgar negativamente.
Muchos le juzgan porque tuvo que despedirse de los $415 millones de pesos que depositó al gobierno como garantía de seriedad. Como si el dinero fuera de ellos.
En México los procesos emprendedores son fuertemente cuestionados, y si en tu industria hay muchos lobos, buitres y tiburones, más. Pero en otros países las iniciativas emprendedoras son aplaudidas, aunque impliquen a veces algunos errores o un año de pérdidas. Un artículo reciente de Richard Branson hablaba de ello en El Financiero hace unos días.
Lo cierto es que Francisco Aguirre y su hijo, Juan Aguirre, están trabajando férreamente para fortalecer la posición competitiva de Grupo Radio Centro en su industria. El año pasado adquirieron 20 estaciones de radio que le dejaron en una posición sólida en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, fortaleciendo su capacidad para llegar a audiencias de millones.
Grupo Radio Centro informó hace unos días que sus ventas anualescrecieron a más de mil 300 millones de pesos en 2015, incluyendo seis meses de operación de las empresas fusionadas. También informó a la Bolsa que su utilidad antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones, se disparó 83 por ciento, y que está alcanzando fuertes economías de escala y una importante disminución de costos.
Es cierto que en el renglón de utilidad neta registró una pérdida de 52 millones de pesos; pero esto ocurrió por la famosa garantía de seriedad, lo que es un cargo único y no recurrente. Sin ello, el resultado neto habría alcanzado cerca de 250 millones de pesos. La empresa también dijo que disminuyó la relación Deuda Neta / Ebitda; es decir, va en camino de pagar sus deudas con cada vez mayor facilidad.
Por todo lo anterior es comprensible que Juan Aguirre resume en tres palabras, y sin dudar un milímetro, la verdadera situación de su empresa, al afirmar que está “mejor que nunca”.