Faltan 73 días para las Olimpiadas de Rio 2016 que serán polémicas en muchos sentidos.
Por lo que refiere a los medios los ejecutivos y empresas de Carlos Slim lanzaron, desde hace varios días, una campaña en la que se envuelven en un supuesto altruismo al señalar que esa justa deportiva la podrán ver todos los mexicanos de manera gratuita, tras casi regalar su señal.
Nada más falso. Se vieron obligados a regalar la misma a los canales 11 y 22 ya que de otra forma serían multados por incumplir con lo dispuesto por el Comité Olímpico Internacional que obliga a los dueños de los derechos difundir los juegos por tv pública.
Una buena intención de parte del ahora octavo hombre más rico del mundo hubiera sido dar los derechos de transmisión de las Olimpiadas a todas las televisoras a un precio atractivo, lo que hubiera permitido una cobertura del 96% del territorio nacional.
No debemo solvidar que con la reforma en Telecomunicaciones dicha cobertura, de haberse hecho así, hubiera sido gratuita para todas las empresas de tv de paga que tendrían que replicar la señal.
Ahora se plantea la posibilidad de ver las Olimpiadas por internet lo que tampoco será fácil. Menos de la mitad de la población en México tiene servicios de banda ancha.
Creo que la compra de los derechos de las Olimpiadas será un mal negocio para Slim, pues si bien la publicidad por internet ha crecido los costos por anuncio siguen en caída libre.
Pero volviendo a las audiencias, queda claro que la mayoría de los mexicanos se quedarán sin poder gozar de los Juegos Olímpicos de Río.