David Páramo | Dinero en Imagen | 21 de Septiembre 2015
En menos de 15 días, el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones emitirá su fallo sobre la dominancia del grupo de interés en torno a Televisa en la televisión de paga.
A una primera vista, parecería absolutamente obvio que la empresa que preside Emilio Azcárraga es dominante en ese mercado y que, por lo tanto, requiere una regulación específica por parte de la autoridad.
Sin embargo, ¿realmente es tan dominante? Esa es la gran interrogante que debe resolver el IFT desde un punto de vista técnico, informado y alejado de cualquier suposición o idea preconcebida. La realidad es que aún no existe una respuesta.
En los últimos días han aparecido algunos comentarios que básicamente se concentran en decir que en ningún país existe el mercado relevante de la televisión de paga y que quizá el proceso debió haber sido de otra manera, lo que resulta irrelevante puesto que de acuerdo con los ordenamientos del IFT se tomó este camino y el que no se haga en ningún otro punto del mundo no quiere decir que no sea necesario o ilegal.
Lo que deben resolver los miembros del pleno del IFT básicamente es si las empresas de televisión de paga de Televisa tienen poder de fijar precios, establecer barreras de entrada y realmente cómo existe el mercado.
Una de las particularidades es cómo se analiza el mercado, puesto que si se ve por deciles del mercado resulta que hay grandes diferentes entre los que tienen acceso a televisión de paga por cable de cobre y aquellos que tienen acceso a fibra óptica.
Quizá el corazón del estudio deberá ser si otras empresas de televisión de paga, básicamente las de antena, tienen o no poder para regular el mercado de las que van por cable.
Por ponerlo de una manera muy gráfica. Se tiene que determinar si en una localidad en particular una empresa puede fijar sus precios libremente sin que llegue otro con otra tecnología y lo desplace.
Lo que se debe esperar es que el IFT tome una decisión como las que ha tomado a lo largo de su historia, es decir, no viendo desde la perspectiva de las ideas preconcebidas, o lo que esperan los expertos del sector que antes de hacer análisis ya tienen veredictos; sin embargo, tampoco desde los deseos de ninguna de las empresas que están de una u otra manera vinculadas al tema.
Se tiene que determinar, con estudios técnicos y corridas financieras adecuadas, si realmente Televisa tiene el poder de fijar precios en detrimento de los consumidores y cuál es el impacto de otros competidores en la formación de precios.
Una vez tomada la decisión por parte del pleno es indispensable que sea explicada con profundidad para no dejar que los mismos de siempre en las telecomunicaciones construyan castillos en el aire con su imaginación. Habrá que estar pendientes.
TRANSPARENCIA
Uno de los grandes esfuerzos que ha realizado el Estado mexicano es buscar fórmulas de transparencia y rendición de cuentas y, ciertamente, se han logrado importantes avances; sin embargo, en algunos sectores aún faltan normas que permitan a las personas tener una mayor y mejor calidad en la información.
La base del mercado de valores es que todos sus participantes tengan la misma información para tomar las mejores decisiones y la función de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores es garantizar que así sea y sancionar en caso de los incumplimientos.
En el caso de OHL el tema no está en las cortinas de humo y sus deleznables publirrelacionistas, en el cinismo criminal de los directivos de la empresa que no tienen límite para propalar mentiras o en el escándalo de las grabaciones que involucran una y otra vez a sus directivos en actos de corrupción.
El tema es la contabilidad de la empresa y cómo registran ingresos que una de dos o no tienen o el gobierno del Estado de México está violando la ley.
La solución, incluso para los que por comodidad o supervivencia política quieren cerrar el expediente es que se hicieran públicas las observaciones que se le han hecho a la contabilidad de la empresa puesto no sirve de mucho que se aumenten las multas dentro del sector financiero sino que el público conozca con cabalidad lo que está pasando.
En el momento que se despeje esa cortina se acabará el escándalo y no le corresponde a la CNBV exonerar a políticos, sino velar por el interés del público inversionista.
