Ramón Alberto Garza | Reporte Indigo | 23 de Octubre 2015
Posponer unos meses el llamado apagón digital dará mas tiempo para resolver en todo México las fallas que ya se evidenciaron en Monterrey.
Sobran los que buscan endosarle a los dueños de las televisoras la propuesta de aplazar el llamado “apagón digital”, que no es otra cosa que bajarle el switch a la televisión análoga para dejar en el aire solo señales digitales de alta calidad.
Acostumbrados a censurarlos, en esta ocasión está más que claro que ni Emilio Azcárraga ni Ricardo Salinas Pliego tienen responsabilidad en lo que es la inminente posposición del tan llevado y traído apagón.
La causal de fondo está en que los estrategas del gobierno federal fueron incapaces de cumplir al cien por ciento sus dos obligaciones.
Uno, de dar una televisión digital a quien no la tuviera, o, dos, de proveer de un convertidor a quien necesitara adecuar su actual televisor.
La muestra de ese fracaso se dio cuando esta semana la metrópoli de Monterrey se convirtió en el conejillo de indias para bajar el switch análogo y debutar con una señal exclusivamente digital. Fue un fracaso.
Los burócratas responsables intentarán venderlo como un éxito, bajo el supuesto de que un 84 por ciento de la población se mostró lista para recibir el cambio.
Pero el hecho de que un 16 por ciento de los regiomontanos no pudieran recibir la señal digital –en particular porque el televisor que tienen no está listo y no se acabaron de repartir los suficientes convertidores o aparatos nuevos– es un signo claro de que algo falló.
Más aún si tomamos en cuenta que ese 16 por ciento es población de los más escasos recursos, la que no solo no tiene el televisor digital o el convertidor adecuados, sino que carecen de señales de cable o satelital, por lo que su única opción es la televisión abierta.
¿Imaginan lo que significa en una metrópoli como Monterrey el que entre 550 mil y 800 mil televidentes se queden de la noche a la mañana sin la posibilidad de distraerse con el único medio sin costo para su entretenimiento?
Al que quiera ver ese drama debería ir a los centros en los que miles se agolpaban y hacían cola para buscar con desesperación recuperar su posibilidad de ver algo en la obsoleta pantalla de sus humildes viviendas.
Además, si alguien dentro de la industria no está listo para hacerle frente a este apagón digital son los canales de la televisión pública.
Por abandono, apatía o falta de presupuesto, no pudieron adecuar sus transmisiones y de plano saldrían del aire a la más completa oscuridad.
Por eso decimos que no hay que buscar culpables donde no los hay. Posponer unos meses el llamado apagón digital dará mas tiempo para resolver en todo México las fallas que ya se evidenciaron en Monterrey.
Que nadie linche a los diputados por buscar un aplazamiento de fechas, ni intente crucificar a personajes ajenos a un mal
cálculo de quien desde un asiento burocrático fijó una fecha que no se pudo cumplir.
Aquí solo queda parafrasear a la “Señorita Laura”: ¡Que encuentren y que “apaguen” al desgraciado!