Se invirtieron 19 mil millones en la red desde 1998, pero no tiene cobertura en todo el país.
Las instituciones de seguridad pública en el país trabajan con una herramienta de radiocomunicación obsoleta: la Red Nacional de Radiocomunicación (RNR) un sistema con problemas de cobertura, que no cuenta con internet de banda ancha y que, incluso, ha obligado a policías y militares a recurrir a sus propios celulares para cumplir con sus labores, poniendo en riesgo su vida, de acuerdo con un diagnóstico elaborado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
La RNR —en la que se han invertido 19 mil millones de peso— tiene presencia en las 32 entidades federativas del país y da servicios de comunicaciones a la Policía Federal, la Sedena, la Segob, el Instituto Nacional de Migración, instituciones de seguridad pública y de procuración de justicia de entidades federativas y de las direcciones de seguridad pública municipales; incluso fue usada por el extinto Cisen.
El documento explica que la falta de cobertura de la red en muchas zonas ha orillado a 50 por ciento de los usuarios a emplear sus propios celulares para comunicarse, con lo cual las comunicaciones de seguridad pública pueden quedar comprometidas al transitar por un sistema de comunicación abierta.
“De no resolverse esos problemas de comunicación, su vida estaría en riesgo”, alerta el documento.
La red cuenta con cobertura del 50 por ciento del territorio nacional, lo que abarca al 75 por ciento en las carreteras y el 85 por ciento de la población, dejando un amplio margen sin cobertura.
La saturación de los canales en los radiocomunicadores también es problema para las instituciones, en donde incluso ha habido zonas donde se presentan problemas de comunicación diariamente.
La red está lejos de ser una herramienta de telecomunicaciones avanzada, ya que funciona principalmente con servicios de voz y cuenta con banda ancha angosta, ello significa que los agentes de seguridad no tienen internet suficiente para enviar video o audio.
Además, el equipo técnico de la red no trabaja al cien por ciento, ya que de los 15.8 mil aparatos móviles de radiocomunicación inscritos en el sistema, sólo está en funcionamiento 84 por ciento, es decir, 13.3 mil radiocomunicadores.
“Actualmente la red enfrenta un proceso de obsolescencia inherente al avance tecnológico”, detalla el informe.
De las 42 mil 693 terminales portátiles registradas en la red, sólo están en operación 39 mil 625.
El análisis añade que la actualización de la Red Nacional de Radiocomunicación, para migrarla al protocolo de IP que le permitiría contar con conectividad de banda ancha, aunado a la reposición de aparatos más avanzados, podría alcanzar un costo total de 8.5 mil millones de pesos entre 2018 y 2035.