La Jornada Zacatecas | 5 de Noviembre 2015.
El Estado mexicano creó el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) para administrar lo relacionado con la comunicación mediante instrumentos tecnológicos. El otorgamiento de concesiones para explotar frecuencias de radio y televisión es una de sus funciones más importantes. La ley federal respectiva también prescribe que existen tres tipos de concesiones: las destinadas a las instituciones estatales, las de carácter comercial y las destinadas a las asociaciones civiles o comunidades indígenas que producen contenidos relevantes sin buscar lucro. Un ejemplo de concesión del primer tipo es la recién obtenida por el gobierno del estado, que pronto se materializará en un nuevo canal local de televisión abierta y se sostendrá con recursos públicos. Todos conocemos los canales de televisión comercial, pero en esta entidad no tenemos la experiencia de las emisoras a cargo de la sociedad civil sin afán de lucro.
Mediante las concesiones, el Estado distribuye bienes que son de eminente interés público. En México hay una perversión de origen: el Estado ha renunciado a tener un canal abierto de televisión de alcance nacional. Pero la mayor contradicción del Ifetel es el otorgamiento de concesiones de frecuencias reservadas para asociaciones civiles sin fines de lucro a empresarios que ya son concesionarios de frecuencias de radio y televisión abiertas y de cable de carácter comercial. La Universidad Autónoma de Zacatecas debe tener un canal de televisión y una radiodifusora para que pueda cumplir su misión.
La sociedad zacatecana deberá estar muy pendiente de que la televisora estatal que se está instalando nunca pierda su carácter y que en poco tiempo sea capaz de generar contenidos propios. También deberá luchar por que el Ifetel asigne concesiones reservadas para uso social a verdaderas asociaciones civiles interesadas en difundir contenidos informativos y culturales.