Vía Forbes México
El suceso del hackeo a Colonial Pipeline fue una nueva señal de alerta a EU sobre la necesidad de protegerse ante ataques ransomware.
El mes pasado, el oleoducto más grande de Estados Unidos, el Colonial Pipeline, fue víctima de ataques ransonware, lo que provocó que el suministro se desconectara durante varios días y resultó en picos de precios y compras de gas en pánico en algunos estados de la costa este.
Al notar un aumento en la probabilidad de tales ataques cibernéticos (entre ellos los ransomware, donde piden recompensa por liberar el funcionamiento digitalizado de la atacada), la ciudad de Nueva York ha lanzado su propio centro de ciberdefensa en Manhattan, ubicado en un rascacielos, y consta de 282 socios.
Entre ellos se registran entidades públicas y privadas, que trabajarán juntos para detectar y protegerse contra posibles amenazas de ciberseguridad, que van desde la policía de Nueva York hasta empresas como Amazon.
Según un informe, el centro contra ataques digitales ya se había sometido a sus propios “juegos de guerra” en un rango cibernético de IBM, lo que le permitía practicar la lucha contra diversas formas de ciberataques.
El centro también servirá como un centro colectivo de datos, de modo que la ciudad de Nueva York pueda protegerse contra los ataques ransomware que puedan ocurrir en cualquier otro lugar del país.
EU sufre ataques ransomware desde 2019
El número cada vez mayor de ataques cibernéticos ha llevado a lanzar este proyecto en 2019, y ahora está completamente instalado para proteger la región contra ataques de ransomware y de los que podrían paralizar las empresas y la infraestructura de la ciudad, al igual que el incidente del Colonial Pipeline.
La iniciativa se fundamenta debido a que las ciudades sufrirían si un importante proveedor de servicios o un servicio esencial (como hospitales) se estanca debido a un ataque, ya sea ransomware o no.
Este nuevo centro de ciberdefensa ayudará a la ciudad de Nueva York a evitar que ocurra una crisis de este tipo, además de ayudarla a monitorear otras amenazas en todo el país y a capacitarse para defenderse de ellas.
Sobre el episodio del ataque ransomware sufrido por Colonial Pipeline, el Departamento de Justicia (DOJ) dio cuenta de haber logrado recuperar parte del rescate pagado al grupo de piratería criminal que se cree es responsable del suceso que interrumpió un importante suministro de combustible durante aproximadamente una semana en mayo.
La vicefiscal general Lisa Monaco anunció recientemente que el DOJ, a través de su nuevo grupo de trabajo contra ataques ransomware y extorsión digital, pudo recuperar alrededor de 64 de los 75 bitcoins pagados a los atacantes al “seguir el dinero”, aunque las divisas estaban en una criptomoneda difícil de rastrear.
Una vez que conoció la dirección de la billetera de los piratas informáticos, pudo obtener una orden judicial para incautar los fondos. El FBI dio con la clave digital necesaria para abrir la billetera, aunque no se ha hecho público cómo se consiguió ese acceso.
Si bien el ataque se ha atribuido a DarkSide, un grupo de piratas informáticos con sede en Europa del Este, el gasoducto, que suministra aproximadamente la mitad de la gasolina de la costa este, fue desactivado durante varios días, lo que provocó numerosos perjuicios, entre ellos el aumento de precios por compras por pánico.
Al parecer se debió al ataque cibernético más grande de la historia contra un sistema energético estadounidense y otro ejemplo más de las vulnerabilidades en seguridad digital que el presidente Joe Biden ha prometido abordar en los Estados Unidos.
