Ícono del sitio IDET

Nuestros líderes, tan lejos de las TIC

2020.02.28

Vía El Economista

Las personas que trabajan en el sector de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC) escuchan constantemente la importancia que tienen para el futuro de un país la innovación tecnológica. Esta frase casi siempre va acompañada de diversos estudios que parecen tener como único objetivo predicarle a quienes ya están convencidos de las bonanzas de la tecnología.

Sin embargo, cada vez que presenciamos conferencias de servidores públicos o debates entre aspirantes a un puesto político, queda claro que su conocimiento sobre el sector es casi nulo. Los ejemplos abundan, ya en México durante los primeros meses de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador observamos los continuos desatinos al hacer referencia a las telecomunicaciones. Quizá el cenit de su confusión fue cuando afirmó indirectamente que la cobertura geográfica era el parámetro que deberían utilizar los proveedores de servicios para medir cuán bien sirven a los consumidores mexicanos. Una cobertura geográfica que incluye selva, desierto, montañas y aguas territoriales en las que no habita ni transita un ser humano.

La confusión también se observa en otras fronteras, por ejemplo, en Venezuela en el 2015, el presidente Nicolás Maduro afirmó que ya su gobierno estaba trabajando en la modernización del país por medio del despliegue de 5G. O sea, que el 5G llegó a este país sudamericano años antes de que estuviese listo su estándar y cuatro años antes de los primeros despliegues en Corea del Sur, Estados Unidos y Uruguay.

De forma más reciente, los debates de los distintos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos por el partido demócrata parecen cubrir todo tipo de temas excepto el de la tecnología. Aparte de alguno que otro comentario demagógico donde se equipara el sistema de gobierno de Dinamarca o Suecia con el de China o Cuba, casi toda la discusión se centra en cómo hacer la implosión de la única esperanza existente para quienes no desean un segundo término del racista, xenofóbico y mitómano presidente Donald Trump.

Lo sorprendente es que precisamente las telecomunicaciones han sido protagonista de su Presidencia al utilizarlas como elemento de negociación ante China. Ni siquiera se escucha entre los candidatos demócratas un comentario sobre si tiene o no tiene razón el gobierno estadounidense para preocuparse del surgimiento de un gigante tecnológico que puede desafiar el histórico liderazgo de Estados Unidos en América Latina. La respuesta a la interrogante sobre la posición de los candidatos demócratas se observa en su votación y comentarios fuera del debate sobre este asunto: como mínimo comparten la misma preocupación que la administración Trump. Esto abre la puerta a muchas especulaciones acerca de cuál será el futuro de las relaciones bilaterales entre estos dos países de ganar un demócrata las elecciones el próximo noviembre. También queda la expectativa de que un nuevo triunfo presidencial de los republicanos polarice aún más la posición de la Casa Blanca.

De todas formas, aun teniendo este conflicto como protagonista de titulares de periódico, queda bastante claro que se habla de las telecomunicaciones y la tecnología desde una perspectiva financiera o de seguridad nacional. El discurso de las TIC como herramienta para el desarrollo social y oportunidad para fomentar igualdad en la sociedad está simplemente ausente. La transformación digital no aparece en el léxico de los líderes de los distintos países sea desarrollados o miembros de ese gran conjunto de naciones que componen el sur global.

Mientras todo esto pasa, veo en el calendario las fechas de más eventos de la industria donde nuevamente me indicarán el impacto de la tecnología en el crecimiento del PIB. Tampoco faltará el porrista que reitere cómo la convergencia es una gran necesidad para los consumidores (no importa que los porcentajes de pobreza en la población se midan en decenas), la convergencia es la panacea que lo arreglará todo, sino para la población al menos para los operadores pero mejor hablar del consumidor porque así como los espejitos, suena más bonito. En fin, predicarán a los ya convencidos.

Salir de la versión móvil