2018-03-28
Dos jueces mexicanos rechazaron la prohibición que pesa sobre el dispositivo Roku, el cual ha sido señalado por presuntamente promover la piratería digital.
Recientemente, la justicia mexicana resolvió que la venta del dispositivo electrónico Roku debe seguir prohibida en el país, pues su uso podría atentar contra los derechos de autor y las leyes del comercio; en pocas palabras, porque facilitaría el acceso a la piratería digital.
En junio de 2017, Cablevisión interpuso una demanda para que Roku dejara de ser comercializado en el país. El Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil de la Ciudad de México resolvió suspender temporalmente la venta del dispositivo.
Como era de esperarse, Roku no estuvo de acuerdo con la decisión e intentó impugnar el fallo. Por su parte, varias tiendas departamentales, como Wal-Mart y Palacio de Hierro, han tratado de revertir la medida para poder vender el dispositivo en sus tiendas.
Sin embargo, en días recientes jueces de Torreón y la Ciudad de México rechazaron los recursos y mantuvieron la prohibición contra Roku. El caso puede resultar histórico, pues es una de las primeras veces que la justicia mexicana resuelve sobre el tema de piratería digital.
Roku es un dispositivo que permite el acceso a cientos de canales de televisión de paga, el cual tiene un costo entre los mil y los dos mil pesos. Sin embargo, hackers han utilizado este sistema para ofrecer, de manera ilegal, paquetes con varios canales, que no han dado su autorización.
Como lo explica la firma The Competitive Intelligence Unit (CIU), el tema de Roku tiene que ver con los derechos de autor y la propiedad intelectual, pero sobre todo resulta relevante por la figura de “transferencia de valor”, un concepto relativamente nuevo que cada vez cobra más fuerza.
“La transferencia de valor surge porque existe un desequilibrio fundamental entre el inmenso valor de las obras obtenido por los servicios digitales y el pequeñísimo valor que reciben los creadores de dichas obras”, señala la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC).
Para este organismo, resulta paradójico que aunque el consumo de contenidos creativos ha experimentado un fuerte crecimiento, el valor de las obras es absorbido, en su mayoría, por las plataformas en línea, por lo que muy poco va a parar a los bolsillos de los creadores.
“En otras palabras, mientras que el consumo de contenidos creativos ha incrementado exponencialmente, por ejemplo, aquellos audiovisuales a través de la oferta en plataformas como Netflix y los musicales vía Spotify, los creadores reciben una remuneración cada vez más inequitativa por los productos de su trabajo, que revela a la vez, la desprotección a sus derechos de autor en el contexto digital actual”, señala Ernesto Piedras, analista del CIU.
Esto quiere decir que, mal utilizados, dispositivos como Roku podrían contribuir a complicar este problema, pues de por sí los creadores reciben poca remuneración por su obra, la cifra podría convertirse en un gran cero gracias a la piratería digital.
Por ejemplo, la gente de Cablevisión ha insistido en que Roku debe realizar cambios en su software y establecer una serie de candados para que los hackers no puedan utilizar el dispositivo como una máquina de piratería, sin embargo, la empresa no ha hecho dichos cambios.
El CIU señala que, más allá del pleito legal y empresarial, el problema recae en la industria creativa y cultural que genera contenidos audiovisuales, la cual enfrenta serias vulnerabilidades por medio de dispositivos como Roku.
Algunos usuarios han reportado que el dispositivo aún puede ser adquirido en tiendas en línea, aunque no en las pertenecientes a los grandes cadenas de electrónicos.