2019-10-31
5G Americas es una organización conformada por diversos actores de la industria de telecomunicaciones, entre fabricantes y operadores, que empujan un mensaje unificado respecto al desarrollo de las redes de quinta generación por todo el mundo. Para la región de América Latina y el Caribe, el vicepresidente de esa entidad es José Felipe Otero Muñoz.
Otero, un apasionado de la literatura y el futbol, es también uno de los expertos de mayor reconocimiento en este hemisferio en asuntos relacionados con el aprovechamiento del espectro y de las políticas públicas nacionales para la explotación de ese insumo.
Y sobre las bandas radioeléctricas que ahora están en pugna entre las empresas satelitales y aquellas de servicios móviles, 5G Americas, a través de José Otero, opina en Futurecom 2019 de Brasil que es posible una convivencia de ambas industrias en un mismo espectro y argumenta cómo las redes de 5G habilitarán nuevos servicios o cómo otras industrias totalmente distintas a la telecomunicaciones podrían convertirse en actores relevantes de este negocio.
—La organización 5G Americas parece apostar en estos días principalmente a la banda de los 28 GHz para el despliegue de servicios de quinta generación, ¿qué razón tendría para ello?
—Desde nuestra perspectiva, el espectro de los 28 GHz es una de las bandas más aptas para lo que será la industria de 5G, porque de las bandas milimétricas, en ese rango, es la única que en este momento tiene un ecosistema de dispositivos preparados, equipos que se están utilizando comercialmente y creemos que es la que va estar incrementando en próximos meses la cantidad de dispositivos para su uso; es prácticamente la única banda milimétrica que está siendo utilizada en distintos continentes como es la red de 5G lanzada por Uruguay, y en Estados Unidos y en Asia hay interés por esa banda.
En Corea del Sur y Estados Unidos existe el interés de apoyar el desarrollo de 5G en 28 GHz y eso garantiza la creación de economías de escala y un desarrollo de dispositivos más evolucionados en un corto plazo. De este lado del mundo, Perú y México están estudiando esa banda. En estos momentos se tienen compromisos de que un 25% de la población mundial podría moverse un día para usar también la banda de 28 GHz.
—Esta organización agrupa a distintos operadores de comunicaciones móviles… Siendo así, ¿qué postura tiene 5G Americas sobre una convivencia de distintos giros y actores de negocio en un mismo espectro?
—Para nosotros esto no es blanco o negro. Nuestra posición es utilizar la tecnología de mayor beneficio en costo-eficiencia para cada banda. Por eso cuando participamos en las consultas públicas del Instituto Federal de Telecomunicaciones de México, decimos que se tienen que hacer estudios de factibilidad y de viabilidad de las distintas bandas para conocer cuáles son las mejores tecnologías que se pueden utilizar con ellas. También estamos conscientes de que hay una oferta satelital que está en esas bandas, porque estas bandas fueron atribuidas para servicios satelitales desde hace mucho y por ello desde nuestra posición vemos posible la coexistencia.
—Hablando de satelitales y móviles por el uso de mismas bandas de frecuencias, por ejemplo los espectros de 3.5 GHz o de 28 GHz, ¿esa convivencia “espectral” debe darse por modelo de negocios, es decir que por economías de escala; por eficiencia o por qué más?
—Los satelitales no hacen más eficiente ese espectro en zonas urbanas por cuestiones de latencia, de costos o porque no tienen las suficientes economías de escala para hacerlo. Tenemos más de 8,000 millones de líneas conectadas a redes celulares y el precio al que vende el fabricante de smartphones llega a rondar ya los 50 dólares; eso habla de economías de escala y por tanto, mientras en celular se cuentan miles de millones de usuarios en estas bandas, en satelital se cuentan millones de clientes para telefonía o banda ancha o video, aparte que el servicio satelital va a tener dispositivos que van a superar los 500 dólares de costo para el cliente. Por todo eso no se crea un entorno competitivo en centros urbanos, pero en una zona donde la topografía no ayuda o donde no hay fibra, la tecnología ideal es la satelital; recomendamos entonces que se utilice; recomendamos que se reserve una porción para satélite y una porción de espectro para móviles
He visto alternativas donde los móviles ofrecer devolver parte de sus bandas y darle más a los satelitales. El problema es que hay algunas empresas que dicen que todo o nada. Nuestra posición busca ser más neutral: si es más rápido y más barato desplegar 5G con esas bandas, adelante. Quien diga que el satélite va ser más eficiente en zonas de alta densidad poblacional con ellas, que presente el modelo de negocio para ver exactamente cuáles son los costos y si habrá subsidios para que el usuario final no vea impactos negativos o la 5G no tropiece.
—Sobre impactos negativos… Sudamérica… en estos días vive días de manifestaciones sociales contra gobiernos por muy diversos motivos y en redes sociales se habla de represión con ayuda de la tecnología. ¿Esto podría acentuarse más con ayuda de las redes 5G?
—Si fuera el caso, ¿cuál es la diferencia con lo que ya se estaba haciendo con 4G en Hong Kong y con tecnología de datos biométricos? La tecnología depende de cómo se va usar lo que se tiene. Ya existe posibilidad de utilizar sensores biométricos sin una comunicación 5G; sensores de seguridad y los datos los puedes mandar por fibra ya o por 4G, 3G…
Por qué no verlo por el otro lado: con 5G, con posibilidad del tiempo real por la baja latencia de las redes 5G, muchas personas pueden estar conectadas; hacer conferencias virtuales y soportar una enorme cantidad de dispositivos conectados; las personas van a poder enviar en tiempo real videos de los ataques de policías, que no ocurre ahora; y cuando el policía llega a golpearte, a quitarte el teléfono, el video ya se fue. Todo depende de la perspectiva con la que se quiera ver a la tecnología y su evolución; ahora será el video en tiempo real, cuando en la Primavera Árabe se conectaban con SMSs.
—A la prensa le urge que 5G sea pronto una realidad en América Latina, le gustan esas notas. ¿Pero por el momento social y económico de la región, qué tan factible es que 5G aterrice o evolucione aquí en tres o cinco años y no antes?
—Habrá una demora y esa demora también tiene que ver mucho con los dispositivos. El 5G es todo un cambio, debe entenderse eso y empezaría primero por aplicaciones corporativas. Aparte, América Latina experimenta una desaceleración en sus economías bastante importante; la clase media sufre y el poder adquisitivo está bajando. Anteriormente nos tardábamos seis años en adoptar las tecnologías, pero ahora, cuando un operador lanza, por ejemplo en Reino Unido, se esperaría que lance al mismo tiempo su 5G en América Latina, la diferencia es que en Reino Unido cobrará en libras y aquí lo hará en pesos; el problema es que allí será más sencillo recuperar inversión, en tanto que acá el problema de una desaceleración económica, menos poder adquisitivo y teléfonos más caros, significa un reto para el operador y un mercado potencial más reducido.
—¿Si el camino empieza en el sector empresarial para 5G… qué puede cambiar allí y mientras qué con el mercado masivo?
—Las redes de 5G están pensadas, en un principio, para la conexión de las cosas, no tanto de las personas; el ser humano pasará a un segundo plano y ya no será protagonista aquí: quizá las cosas serán un mercado más grande que el de las personas y mientras, el LTE puede avanzar en las redes de comunicación porque para adoptar LTE, en su primer 40% de penetración, pasaron varios años.
¿Qué podrá cambiar o quiénes se beneficiarán? El campo, los bancos; a éstos, al sector financiero, les interesa mucho el tema de la latencia; significa mucho dinero hacer procesos en menos microsegundos. ¿Qué más? Cuando el 4G nació, ¿con cuántas aplicaciones nació? ¿Cuántas cosas se pueden hacer ahora que entonces no se podían o no se sabían? Esto es un asunto evolutivo y a los desarrolladores se les está dando más herramientas para poner productos en el mercado.
Y va ocurrir que otras verticales de negocio van a destacar. Los dispositivos que se van a estar acogiendo a 5G, no necesariamente ahora los van a entregar los tres grandes operadores del mercado (en el caso de México), porque va haber empresas de la construcción, agricultura, la minería o de seguridad haciendo eso; ellos van a pensar en meterse a fabricar sus cosas o le dan las especificaciones para que se las construyan, por ejemplo. Eso habla de que otras verticales van a destacar; no habrá tantas fronteras.