Vía Consumo TIC
Cuestiones culturales muy arraigadas, políticas públicas de mediano y largo plazo aún inacabadas, estereotipos y distintos tipos de brechas, son algunos de los principales obstáculos que frenan la igualdad de género en el sector de digital en México, y donde la diversidad de los equipos, es la clave para aumentar sustancialmente la productividad.
Expertas reunidas en el foro “Hacia la igualdad y no discriminación en el sector digital en México”, convocado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y de Tecnologías de la Información (Canieti), confirmaron que la presencia de las mujeres en las tecnologías de la información, no es un simple deseo, sino un requisito indispensable, pues sin diversidad, la innovación no existe.
Al respecto, Martha Ferreira Beltrán, directora de la Política Nacional de Igualdad y Derechos de las Mujeres del Inmujeres, destacó que si bien hoy en día el número de ellas en las empresas de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) equivale al 42 por ciento del total (mayor que en otros sectores), conviene revisar qué tipo de puestos ocupan, pues “en general las mujeres estamos en la base, en los puestos de menor salario y sin dirigir equipos”.
Esto se debe, entre otras cosas, a un tema de estereotipos que se han heredado de otras épocas, pues mientras hoy en día la Ley Federal del Trabajo prohíbe salarios diferenciados por razón de género, en el pasado “se consideraba que el salario de una mujer era complementario para el gasto del hogar; una especie de ayuda, que podría ser prescindible en algún momento”.
Pero también es un hecho que sólo 20 por ciento de las mujeres que estudian en México están matriculadas en carreras relacionadas con la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), y por lo tanto hace falta incrementar esta cifra para lograr una igualdad que, en el ámbito laboral, ya se promueve desde políticas públicas como la Norma Oficial Mexicana de igualdad y no discriminación, que busca una participación en igualdad de condiciones de hombres y mujeres en el mundo del trabajo y que a la fecha ha certificado a más de 600 centros de trabajo bajo esos parámetros.
Recordó que cuando una mujer se coloca en la disyuntiva de poner a competir su trabajo contra su vida personal, siempre pierde la vida personal y por eso hacen falta políticas públicas de corto y de largo plazo para apoyarlas.
En el corto plazo, destacan mecanismos como el trabajo flexible, el teletrabajo, una cultura organizacional que coloque al centro a las personas, la estabilidad laboral y la prevención del acoso, la discriminación y sobre todo la violencia en los centros laborales, porque esta última “es un gran interruptor del trabajo”.
En el largo plazo, se está trabajando el Sistema Nacional de Cuidados, que atenderá a niños de 0 a 6 años, a adultos mayores y a personas con discapacidad, para descargar a las mujeres de estos roles que culturalmente se les han asignados y que frenan su desarrollo en el trabajo.
En su oportunidad, Andrea Escobedo Lastiri, vicepresidenta nacional de Inclusión y Diversidad de Canieti, destacó que la brecha de género en lo laboral sigue siendo un problema serio no sólo en el sector de la tecnología, sino en la economía en su conjunto. Por ejemplo, la proporción de mujeres en la economía informal llega al 54 por ciento, contra el 24 por ciento de los varones, lo que “de entrada es un problema”.
Además, recordó que sin diversidad no puede haber innovación y por lo tanto, este tema se debe entender como un asunto de interés público. Se deben atender las brechas en habilidades digitales que aún afectan a las mujeres, sobre todo en este sector económico que tiene salarios superiores al promedio. “No podemos dejar fuera a las mujeres”, advirtió.
A su vez, María José Morales García, directora de Igualdad de Género, Diversidad e Inclusión del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), advirtió que aún existen estereotipos culturales que afectan mucho a las niñas.
Por ejemplo, está bien documentado que las niñas que muestran interés por los temas científicos y técnicos en su primera infancia, suelen perder el interés entre los 8 y los 10 años, debido a que se les hace creer que no tienen habilidades para eso, lo cual es falso.
Por ello, desde el IFT se ha hecho un trabajo de motivación para impulsar que más niñas y mujeres jóvenes se interesen por las carreras STEM, justo para combatir estos estereotipos de género, mostrando a figuras a las que puedan admirar y que les hagan ver que las metas son alcanzables.
En este trabajo destaca el programa “Expertas que Transforman”, donde mujeres destacadas del mundo de las TIC, ofrecen charlas donde explican cómo llegaron al éxito con la idea de que sirvan de inspiración.
De parte de la empresa IBM, su directora de Recursos Humanos, Paola Lacorte, destacó que a la brecha de género, se le deben sumar otras como la generacional y las de las personas con discapacidad, por lo cual es necesario hacer un trabajo para cerrarlas, pues de lo contrario, las diferencias tienden a ahondarse.
Coincidió en que la diversidad de los equipos genera productividad y, en el caso concreto de la tecnología es importante que ésta sea creada sin sesgos y ahí, las mujeres juegan un papel fundamental, porque piensan diferente que los hombres y pueden proponer soluciones distintas a problemas técnicos específicos, lo cual enriquece los resultados.