2018-08-04
Menos de 20% de la población de América Latina ha adoptado la tecnología 4G en teléfonos móviles, a pesar del aumento exponencial de los suscriptores a estos dispositivos, de 10%, en 2000, a más de 70% en 2017, de acuerdo con BID Invest.
La institución del sector privado del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID) expone que esto impide acceso a la mayoría de las aplicaciones digitales de punta, con lo que se frena un verdadero impacto en el desarrollo de la región.
En el nuevo estudio “La evolución de las telecomunicaciones móviles en América Latina y el Caribe”, BID Invest hace una radiografía del sector de las telecomunicaciones móviles en 26 países.
Según la publicación, aunque la situación varía por país, la región latinoamericana reporta una tasa promedio de adopción de 4G de 17% de la población, tecnología que es hasta 10 veces más rápida que la 3G, brinda acceso a la mayoría de las aplicaciones y es la que tiene el mayor potencial para tener un impacto en el desarrollo.
Apunta que Uruguay tiene tasa de adopción más alta de América Latina y el Caribe, por arriba de 50% de su población, mientras Argentina y Chile están por encima de 40% y Brasil está a punto de alcanzar 40%, mientras México está en un nivel similar al promedio regional.
Refiere que las telecomunicaciones, y específicamente la disponibilidad de banda ancha, crean puestos de trabajo y oportunidades comerciales, aumentan la productividad de la empresa y conectan a las personas, las regiones y los mercados, lo que eleva las oportunidades para las poblaciones más vulnerables al disminuir la brecha digital.
Además de la calidad, la penetración del servicio y la adopción de nuevas tecnologías, el estudio de BID Invest hace un análisis sobre las inversiones en el sector.
En los 26 países analizados, la inversión en telecomunicaciones móviles aumentó de menos de mil millones de dólares por trimestre en el año 2000, a más de 3,000 millones de dólares por trimestre desde 2012.
Los datos del estudio provienen de GSMA Intelligence, que permite comparaciones entre países y períodos, así como el análisis de las tasas de penetración del mercado, las tendencias de inversión y la adopción tecnológica durante 17 años.