A principios del siglo XIX se decía que la tecnología había superado a Dios. Con el surgimiento de la radio se dijo que morirían los periódicos, cuando surgió la televisión se dijo que los anteriores desaparecerían.
A finales del siglo pasado se aseguraba que las empresas punto.com eran la nueva revolución industrial y que el capitalismo se construiría de una manera hasta entonces desconocida, y no faltaban los que hablaban de que la gente ya no saldría de sus casas.
Quizá a usted se le ocurran otros momentos de la historia en los cuales exista una suerte de embeleso por lo nuevo en desprecio a lo anterior. Cada generación parecería tener sus propios mitos.
En los últimos dos o tres años ha surgido la versión de que la televisión abierta es una especie en extinción, que las nuevas formas de llevar contenidos a la población acabarán con la televisión abierta; sin embargo, se trata de un grave error de análisis.
En el caso específico de México hay un gran potencial de mercado que invita a que una empresa como Grupo Imagen Multimedia invierta en este sector y desde antes del inicio de sus transmisiones ya sea un factor en la competencia.
Los datos duros de la televisión abierta demuestran el error en el análisis. Casi 102 millones de personas, algo así como 97% de la población sintonizan la televisión abierta. La televisión de paga llega a poco menos de 50% de la población y, curiosamente, sus canales con mayor audiencia son también los de televisión abierta.
El nivel de penetración abierta se ha mantenido prácticamente sin cambio desde hace 17 años en que ha sido medido por Nielsen-Ibope. El nivel de 1998 era de 97% y su máximo se alcanzó en 201 con 98%, para ubicarse actualmente en 96.7 por ciento.
Los canales de la televisión abierta prácticamente han mantenido sin cambios sus niveles de audiencia salvo pequeños movimientos estacionales, lo que contradice las versiones de que la televisión de paga u otras plataformas le hayan comido niveles de audiencia.
Seamos particularmente claros. No hay relación entre el aumento de la sintonía de la televisión de paga con alguna supuesta baja de audiencia en la televisión abierta. Más allá, suponiendo sin conceder que existiera esta relación los canales de mayor audiencia en la televisión de paga son los de Televisa y Televisión Azteca que también se transmiten por señales abiertas.
¿Y LA CRISIS?
Los críticos serios del manejo de la economía mexicana durante los últimos meses se sentían preocupados no por el nivel de deuda y obligaciones financieras del gobierno, que no llegan a 45% del PIB, sino por la velocidad con la que había crecido durante el arranque de la administración de Enrique Peña Nieto.
Se trataba de una preocupación válida puesto que de mantenerse la tendencia el país podría encontrarse en la franja de advertencia en materia de endeudamiento al final de la presente administración, es decir, el siguiente gobierno tendría poco margen de maniobra o, incluso, podría ya estar en el terreno de la crisis.
La Secretaría de Hacienda ha venido tomando una serie de acciones para disminuir no sólo el ritmo del endeudamiento sino para rebajar, en los hechos, el nivel de deuda.
Este miércoles se realizará una subasta por todo lo que desee el mercado para recomprar deuda emitida por el gobierno, utilizando una parte del remanente de operación generado por Banco de México durante el año pasado.
La dependencia encabezada por Luis Videgaray anunció desde febrero, y se reiteró cuando recibió la “utilidad” del instituto central, que se realizarían operaciones para disminuir el saldo neto de la deuda y canjes de títulos caros por otros de menores tasas de interés.
Así las cosas, parecería que aquellos quienes están aferrados en ver problemas tendrán que buscarse un nuevo motivo de preocupación, puesto que la deuda no ha sido ni lo será un problema con el que el país tenga que lidiar.
CAPITALIZACIÓN
Si bien no es una novedad que las autoridades financieras hayan establecido mayores requerimientos de capital para las instituciones de crédito que pueden implicar un riesgo para el sistema, lo que debe inquietar es que algunos lo han visto como una señal preocupante para la operación de los bancos.