Después de ocho trimestres consecutivos de declinaciones, el margen de ganancia de América Móvil en México cayó a un nivel que el gobierno considera aceptable.
Los márgenes en la industria ahora están cerca de lo que empresas de telefonía perciben en otras partes del mundo, y los reguladores deben procurar que se mantengan en ese nivel, declaró en una entrevista Mónica Aspe, subsecretaria de Comunicaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). América Móvil, controlada por Carlos Slim, ha aducido que la competencia prospera y que se deben eliminar los controles al mercado.
“Teníamos márgenes extraordinarios, monopólicos”, dijo Aspe, en declaraciones desde su oficina en Ciudad de México. “Hoy en día tenemos márgenes promedio de industria mundial, pero todavía son sanos. Y sí, es bien importante mantenerlos”, agregó.
Si bien los comentarios son una señal de que el gobierno no presionará para comprimir aún más los márgenes, son de poco consuelo para los inversionistas cuyas acciones se han visto afectadas por la presión regulatoria sobre la compañía de Slim. El margen de América Móvil en ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización bajó al 33 por ciento este año, frente al 47 por ciento del 2013.
América Móvil no respondió de inmediato a una consulta para conocer su opinión en el tema.
La reforma del sector de telecomunicaciones promulgada hace tres años obligó a América Móvil a compartir partes de su infraestructura de red e impidió a la compañía cobrar a sus rivales por conectar llamadas. Estos cambios atrajeron al gigante de la telefonía estadounidense AT&T Inc., que decidió entrar al mercado e hizo bajar los costos de servicio en telefonía móvil en hasta un 22 por ciento en un año, según el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Las regulaciones apenas hicieron mella en la cuota del mercado de telefonía móvil de América Móvil, que se contrajo a un 66 por ciento frente al 70 por ciento de hace seis años.
No obstante, la erosión de las ganancias ha afectado el precio de su acción, que bajó un 20 por ciento desde fines del 2014, cuando AT&T ingresó a México.
En su cargo de subsecretaria de telecomunicaciones, Aspe trabaja en política gubernamental, mientras que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) implementa las regulaciones para la industria.
Telefónica y AT&T aún se quejan de que la cancha está dispareja y han pedido que se diseñen más reglas para restringir a América Móvil y beneficiar a sus rivales.
La semana pasada Moody’s colocó las calificaciones crediticias de América Móvil bajo revisión para una posible rebaja. La agencia calificadora de crédito mencionó presiones competitivas y desafíos económicos en toda Latinoamérica, en particular en México, donde la compañía tiene escasas perspectivas de revertir la situación dentro de los próximos 12 a 18 meses.
Red compartida
Si bien muchas de las regulaciones de la ley de telecomunicaciones de 2013 ya están vigentes, algunas siguen en proceso de implementación. Uno de los mayores proyectos de Aspe es una red inalámbrica mayorista, estatal, que las compañías podrían usar para vender servicio de telefonía bajo sus propias marcas, lo que genera más competencia. Programada para estar operativa en el 2018, la red tiene como fin disminuir los costos para los operadores y ampliar la cobertura a través del país, incluidas áreas rurales donde los operadores tienen poco incentivo económico para expandirse.
El contrato se adjudicó a un grupo respaldado por Morgan Stanley en octubre.
“Hay temas fundamentales como la red compartida”, dijo Aspe, y agregó: “Si los competidores tienen acceso a una infraestructura con más cobertura y más calidad que cualquier otra red existente, tienen mejores posibilidades de competir”.