vía Expansión.
La inflación y la proliferación de más plataformas de contenidos han llevado a los usuarios a voltear a algunas opciones de ‘streaming’ ilegal, como transmisiones en redes sociales.
Las compañías de streaming como Netflix, Disney+, HBO Max, Paramount, entre otras, han provocado que la industria de video bajo demanda crezca de manera acelerada en los últimos 10 años al ofertar contenidos cada vez más exclusivos en sus respectivas parrillas programáticas; sin embargo, este modelo de negocio paradójicamente las ha empezado a confrontar. Y es que ante el incremento de opciones de plataformas, las Over The Top (OTT) requieren alternativas para diferenciarse y así fidelizar y aumentar su base de suscriptores para seguir monetizando sus proyectos.
Mientras que del lado de los usuarios la proliferación de este tipo de empresas, que cada vez licencian más programas y ahora los deportes, les supone una barrera para acceder a contenidos que antes eran gratuitos y más sencillos de consumir. Esta situación los ha obligado a buscar alternativas. Una de ellas ha sido compartir la cuenta entre familiares y amigos, pero las streaming ya penalizarán esta opción con un cargo extra al titular de la cuenta.
“Uno de los fenómenos a los que se enfrentan las streaming es cómo hacerle para que los usuarios no compartan su contraseña, y ahora aplicarán un pago extra para evitarlo. Pero esto sólo genera mayor inconformidad para los usuarios y un problema de fidelidad; otro fenómeno es el encontrar una alternativa a la suscripción”, señala Radamés Camargo, analista de la consultora TheCiu.
En medio de este complejo escenario, al cual la inflación se ha sumado este año, las transmisiones ilegales en sitios como Youtube o Facebook han empezado a ser vistas como una opción para que los usuarios accedan a encuentros deportivos en vivo o series de manera gratuita, esto pese a que no cuenten con una buena calidad.
Maryleana Méndez, secretaria general y directora regional de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET), apunta que las transmisiones de partidos o series a través de una cuenta personal de streaming son cada vez más comunes y recurridas por los usuarios quienes no las consideran ‘piratas’; sin embargo, estas prácticas son ilegales debido a que en su mayoría los canales de Youtube o vía Facebook watch no cuentan con los derechos de trasmisión o con acuerdos legales con las plataformas, por lo cual podrían ameritar alguna penalización como cerrar cuentas.
El fenómeno de la piratería ha sido uno de los grandes retos por los que ha atravesado la industria, y las productoras de contenidos y plataformas de streaming no serán ajenas a esta situación, sobre todo en un momento en el que los usuarios han empezado a escatimar en gastos para hacer frente a la crisis financiera que atraviesan por la inflación.
De acuerdo con el reporte “Dimensión e impacto de la Piratería online de contenidos audiovisuales en América Latina”, realizado por el Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina, en México se consume más streaming ilegal a nivel Latinoamérica, pues de 984 millones de visitas que se generan en 100 sitios ilegales, 82% es para mirar contenidos de OTT.
“Ahora con tantas opciones (de streaming) con precios altos y sumado el fenómeno de la inflación, yo me atrevería decir que potencialmente se estaría generando ya un repunte en el consumo de contenidos piratas. Yo creo que es un fenómeno que sí tenemos que ver cómo resolver y atacar, ya se requiere de una reunión de esfuerzos de industria plataformas tecnológicas y de consumidores para buscar otras vías”, advierte Camargo.
La directiva de la ASIET advirtió que la piratería de contenidos en línea es un problema debido a que la industria de producción de programas requiere de un impulso, y la ilegalidad del streaming va en sentido contrario, pues se prevé que provoca pérdidas mayores a los 5,000 millones de dólares en la región latinoamericana.