Vivimos tiempos inéditos en muchos sentidos en las tendencias económicas, que destrozan los pronósticos de los economistas más avezados. Por ejemplo, Luis Videgaray, ateniéndose a paradigmas del pasado, señala que la devaluación del peso favorece a las exportaciones. Eso fue en el pasado, porque actualmente hay un declive pronunciado, en especial de la manufactura. El desliz no ha sido instrumento de repunte del comercio exterior.
Otro de los paradigmas que se vinieron abajo en el actual ambiente de inestabilidad es que la devaluación del peso generaba inflación y altas tasas de interés y resulta que tenemos el incremento de precios más bajo de la historia reciente en el largo plazo, al acumular 13 meses consecutivos con un índice abajo de los 3 puntos porcentuales al año.
Se suman más incoherencias. Se dice que México tiene sólidas bases macroeconómicas, pero resulta que el peso es una de las monedas más vapuleadas, casi al mismo nivel de países que van a tener un desempeño económico recesivo, pero resulta que vamos a ser de las pocas naciones en América Latina que tendremos un crecimiento del 2 por ciento, envidia de Brasil, que entra en recesión.
Anuncia una potencial racha de alza en las tasas de interés y en lugar de contraerse el crédito se expande y es considerado como el principal instrumento de crecimiento del mercado interno.
Estas señales crean un ambiente de crisis y en cualquier sitio que pregunte sobre la situación económica los primeros que dicen es que la economía está muy mal, pero se están vendiendo más autos nuevos que nunca en la historia, más de millón y medio, y los banco tienen abiertas las llaves del crédito al consumo y las hipotecas están con rédito de un dígito.
A estas alturas la economía está actuando por instintos. Los inversionistas no entienden las razones, pero no son los únicos, tampoco los consumidores y los gobiernos de repente sueltan las amarras. Un mundo con más preguntas que respuestas. Como las razones no valen, el único camino es preguntarle a usted, amigo lector, ¿cómo le late la economía?
ALERTA.– En el marco del tercer aniversario de la promulgación de la reforma en telecomunicaciones, la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), que dirige Edgar Pereda, mostró su preocupación por la manera tan a la ligera y anárquica que aprobó una licitación de 257 frecuencias de AM y FM para 27 convergencia a su consideración, causará un impacto irreversible para la industria, porque sobre ofertará el sector. El principal argumento es que la licitación se hizo bajo una visión nacional, sin ver caso por caso y en un alto porcentaje llevará a una guerra de tarifas, en una tendencia a la baja en la inversión en la radio.
Como que en las últimas fechas el Ifetel y sus comisionados entraron en una mala racha, que pone en riesgo la viabilidad de la reforma de telecomunicaciones, principal razón de su estancia en tan importante institución.
