Francisco Guerrero Aguirre | Excelsior | 14 Octubre 2015
El ser humano vive sediento de conocimiento. La búsqueda de información lo ha llevado a traspasar fronteras terrestres, marítimas e incluso espaciales; a desarrollar medios para transmitir la información de manera más sencilla y con mayor rapidez.
Atrás han quedado los días donde los medios tradicionales como los periódicos, la radio y la televisión eran los instrumentos físicos exclusivos usados para mantenernos informados.
Hoy vivimos la era digital, donde el internet es el mayor vehículo comunicativo. Los teléfonos inteligentes se han convertido en instrumentos predilectos para acceder e interactuar con el contenido electrónico de los diversos medios de comunicación.
Internet funciona como un gran punto de encuentro entre los ciudadanos, la iniciativa privada y el gobierno, ya que alberga 3.2 billones de usuarios, según recientes cálculos aproximados del organismo especializado de las Naciones Unidas para las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Es el medio idóneo para transmitir mensajes dirigidos a movilizar la sociedad de un país, una región e inclusive de manera global por una causa determinada.
Los gobiernos ven internet como una gran oportunidad para comunicarse con sus ciudadanos, y así potenciar la actividad social por este medio.
Sin embargo, la brecha entre sólo comunicar y efectivamente lograr, mediante los mensajes transmitidos, la movilización de los ciudadanos es aún grande y requiere de tácticas encaminadas a provocar y mantener el interés de amplios sectores en el tema que se quiera abordar.
Este desafío requiere estudiar a fondo quiénes serán los receptores del mensaje. Dicha información definirá los canales, el tono, los presentadores y las ideas más adecuadas para lograr una conexión y, de esta forma, despertar el suficiente interés que provoque la acción. Por tanto, es crucial que los gobiernos otorguen espacios adecuados para que todos los segmentos interesados puedan expresar libremente sus opiniones y propuestas.
Pero no toda la carga debe recaer en el transmisor del mensaje. Se requiere el rol activo de los receptores y su ayuda para divulgar el contenido a más personas. Hoy la participación digital es sencilla, ya que los portales y redes sociales incluyen mecanismos para interactuar con la información. Sin embargo, habrá causas que requieran más que un “me gusta” o un retweet, y es ahí cuando debemos pasar de la participación digital a la acción personal.
BALANCE
Si bien, internet es un gran puente entre la sociedad y el Estado, también representa un gran reto y compromiso para ambos grupos. El gobierno debe estar dispuesto a comunicar sus acciones, a fomentar la participación de sus ciudadanos y, lo más importante, lograr la implementación de sus opiniones y propuestas en los planes de trabajo.
La sociedad debe comprometerse a ir más allá de la crítica y llegar al lado de la propuesta y de la acción. Participar de manera seria en los distintos portales electrónicos y redes sociales e involucrarse de manera personal en las distintas causas que apoyan de manera digital, dándoles el seguimiento que se requiere para generar un verdadero resultado.
El mecanismo semeja un “sube y baja”. Sin la determinación, el compromiso y la constante participación de ambos grupos ninguno se mueve y el juego será un estridente torneo de quejas que no logra comprometer a los que deciden una agenda de cambios cada vez más urgente y decisiva.
*Secretario para el Fortalecimiento de la Democracia de la OEA. Los puntos de vista son a título personal. No representan la posición de la OEA.