Mauricio Flores | La Razón | 21 de Septiembre 2015
Fueron tales los despropósitos de control sobre contenidos de Radio y TV que se planteó el IFT en sus Lineamientos Generales Sobre los Derechos de las Audiencias, que la consulta pública sobre el tema se prorrogó hasta el 7 de septiembre, pues concesionarios y especialistas alertaron sobre el tufillo autoritario exhalado por la entidad que preside Gabriel Contreras. Pero ello no mejoró las cosas.
De hecho empeoraron. Originalmente en tales lineamientos, que se atribuyen a las comisionadas María Elena Estavillo y Adriana Labardini, se satanizó que los menores de edad vieran telenovelas y realities (por supuesto, las comisionadas omitieron todo lo que cualquier chamaco puede ver en celular o tablet sobre bullyng: descabezados, balaceados, sexo adolecente, pornografía tutifruti o rabiosos mensajes de intolerancia varia) y se propuso medidas punitivas para televisoras y grupos radiales que no suspendan precautoriamente la transmisión de programas peligrosos para mentes tiernas conforme al criterio de un comité formado por gente santa. Y luego, concluida la consulta, el Consejo Consultivo del IFT, a cargo de Ernesto M. Flores-Roux , hizo recomendaciones que radicalizan el control y las sanciones contra las empresas agrupadas en la CIRT, que encabeza Edgar Pereda.
Aunque sus propuestas no son vinculatorias, ese Consejo recomendó que televidente y radioescucha que se quejen de algún conductor, comentarista o anuncio, podría hacerlo sin aducir cual derecho le ha sido violado y sin mostrar pruebas; y los “defensores de audiencias” podrán actuar “de oficio” contra los malosos… a los cuales se les castigaría con hasta 3% de sus ingresos por no cumplir esos Lineamientos. ¡Algo así habría soñado Luis Echeverría!