Marco Antonio Mares | Milenio | 6 de Octubre de 2015.
Televisa sí es grande, pero no puede imponer precios en el mercado sin que sus competidores le quiten clientes.
Así me contestó, a bocajarro, Gabriel Contreras, comisionado presidente, poco después de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) hizo pública su resolución en el sentido de que la televisora no es una empresa dominante en el mercado de la televisión de paga.
Televisa no tiene poder sustancial en el mercado de la televisión restringida.
El Ifetel resolvió con base en toda la información que se recabó y con el cruce de los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), me dijo Contreras.
Incluso me anticipó que seguramente habría quienes acusarían al ente regulador de favorecer al agente económico analizado.
Y tal y como lo pronosticó, en las horas inmediatas a la resolución el Ifetel ha sido puesto en el ojo del huracán.
Incluso hay quienes aseguran que el órgano regulador está capturado por el agente regulado.
El comisionado presidente es un hombre joven sin mayores presunciones, su perfil es el de un hombre sencillo —incluso maneja su propio auto— y mantiene distancia, lo más que puede, de los entes regulados.
El voto en el pleno mayoritario fue contrario al proceso de investigación que hizo la Unidad de Competencia del Ifetel. Cinco contra dos, estos últimos de Adriana Labardini y María Elena Estavillo.
En el pleno del Ifetel encontraron que la investigación de la Unidad de Competencia se había realizado sobre los mercados por municipio, contrario a lo que marca la Ley Federal de Telecomunicaciones, que en sus artículos transitorios dispone expresamente una investigación sobre el mercado nacional de audio y video asociado. Al final se pronunció conforme a lo que dicta la ley.
Durante la investigación, uno de los poderosos agentes económicos en el mercado pidió que Televisa fuera sancionada y se le aplicaran obligaciones específicas en sus sistemas de cable.
Sin embargo, las cifras arrojaron lo contrario y el Ifetel no podía resolver en función de percepciones o perspectivas interesadas de los agentes económicos interesados.
Al tiempo.