Carla Martínez | El Universal | 20 de Octubre 2015
Hoy, 7.5 millones de personas en el país no están preparadas para transitar a la televisión digital abierta, afirmó Roberto Vázquez, CEO de Nielsen-Ibope.
De acuerdo con su encuesta sobre el apagón analógico, en 24 de las ciudades más representativas de México 16% de su población están sin la posibilidad de ver TV digital.
“Tendríamos alrededor de 7 millones y medio de personas sin la posibilidad de ver televisión, ya que esos hogares no están todavía adaptados a la transición digital”, aseguró en conferencia de prensa.
Según Gabriel Sosa Plata, analista en telecomunicaciones, en los países donde se ha concretado el apagón, en promedio, entre 10% y 20% de la población se ha quedado sin servicio.
En el caso de la ciudad de México y el Área Metropolitana, 2.7 millones de personas no tienen señal; en Guadalajara, 699 mil personas no cuentan con el acceso al servicio, y en otras 22 ciudades hay 4 millones de personas sin televisión digital.
Entre las 22 ciudades consideradas por la encuestadora está Cuernavaca que se “apagará” el próximo 29 de octubre. En la lista se agregan Torreón, Puebla, Veracruz, Querétaro, Mérida, Morelia, León, Villahermosa, Oaxaca, Chihuahua, Hermosillo, San Luis Potosí, Coatzacoalcos, Culiacán, Saltillo, Durango, Toluca, Tampico, Acapulco, Aguascalientes y Tuxtla Gutiérrez.
En el caso de Monterrey y su zona metropolitana, dijo que al 14 de octubre 645 mil 441 personas se quedaron sin señales de televisión, que contrasta con los datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, que tiene un registro de 472 mil 635 habitantes en esa condición, al 7 de octubre.
La diferencia entre el registro del IFT y Nielsen-Ibope es de 172 mil 806 personas que en esa zona no tienen señal de TV abierta tras el apagón.
El viernes pasado, EL UNIVERSAL dio a conocer que Nielsen-Ibope había informado que en Monterrey y otros 12 municipios, aproximadamente un millón de personas se habían quedado sin señal de televisión abierta tras la transición hacia la Televisión Digital Terrestre (TDT).
“El millón de personas se evaluó previo y en el momento del apagón”, el 24 de septiembre, dijo Vázquez.
De acuerdo con el directivo, la disminución en el número de personas sin acceso a la televisión abierta se debe a que la gente que no estaba preparada actualizó sus pantallas; sin embargo, las más de 600 mil personas sin señal corresponden a hogares de menores niveles socioeconómicos.
“Estas 645 mil personas corresponden a los niveles D y D+”, aseguró.
Además, comentó que en Estados Unidos, país donde también realizaron la encuesta relacionada con el apagón, al concluirse la transición sólo 5.7% quedaron sin señal.
Estaciones deben digitalizarse. Analistas coincidieron en que las estaciones complementarias y televisoras públicas deben invertir en su digitalización para evitar que el número de personas que se queden sin señal tras el apagón se incremente.
Las estaciones complementarias, que llevan las señales de televisión abierta a zonas de difícil acceso, no han invertido para transitar hacia la TDT, comentó Gabriel Sosa Plata.
“Esas complementarias son las que están o van a dejar sin servicio a una importante cantidad de mexicanos y tampoco hay fechas muy claras sobre cuándo van a arrancar esas estaciones complementarias, entonces se les deja en la incertidumbre”, precisó.
Irene Levy, presidenta de Observatel, comentó que las televisoras, concesionarias y permisionarias tienen la obligación de invertir para ofrecer señales digitales a tiempo.
“No hicieron inversiones suficientes en las complementarias y eso va a redundar en las personas que no van a tener señales”. Agregó que las televisoras públicas han tenido problemas para conseguir los recursos para transitar hacia la digitalización.
Jorge Fernando Negrete, director de MediaTelecom Policy and Law, pidió a las televisoras públicas ser transparentes en este proceso.
“Todos los medios públicos debieron presupuestar los transmisores y obtener los recursos para la transición hacia la televisión digital”, subrayó.
Dijo que es importante que los medios públicos transparenten el uso que dan a los recursos que les son asignados, pues de eso depende que compren los transmisores suficientes para digitalizar sus señales.