2018-10-05
“Es una regresión porque en el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP) inicial que se negoció con Estados Unidos, México se había protegido especialmente para que no pudiera ser demandado en temas relacionados con hidrocarburos, telecomunicaciones y puertos. Pero en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –que derivó en el Usmca– se olvidó lo que se logró en el TPP ”, indicó en entrevista con La Jornada al analizar el capítulo sobre inversiones del nuevo acuerdo y el mecanismo de solución de diferencias entre empresas y Estado.
Destacó que se está dando un paso más atrás que el CPTPP, también conocido como el TPP-11 después de que Estados Unidos abandonó el tratado original, porque el capítulo de inversiones quedó suspendido.
El mecanismo de solución de diferencias entre México y Estados Unidos otorga al inversionista el derecho de acción para reclamar daños y perjuicios por la afectación de su inversión y esto protege a empresas de los sectores de hidrocarburos, gas, telecomunicaciones, generación de energía, transporte y proyectos de infraestructura, precisa el resumen sobre el capítulo de inversión difundido por la Secretaría de Economía.
Con ello quedaron fuera de dicha protección en tribunales internacionales muchos sectores productivos cuyos derechos de inversión pueden ser violados, abundó el especialista. Si una empresa manufacturera, por ejemplo, se ve afectada por actos o decisiones políticas de los gobiernos de cada país, lo único que le queda es acudir a los tribunales nacionales y eso no tiene sentido, ¿cómo acudir a los tribunales del propio Estado que violó sus derechos?, comentó.
Reyes Díaz acotó que los textos no son definitivos, porque es un acuerdo general cuyos detalles deben ser trabajados, pero insistió que en principio, sí parece una cuestión riesgosa para México, porque permitirá a empresas de hidrocarburos y telecomunicaciones que, ante cualquier política o acción proteccionista del nuevo gobierno puedan detonar una demanda multimillonaria, lo cual sería riesgosísimo para México porque las demandas son proporcionales al nivel de inversión que se da en esos rubros.