vía El Economista.
El próximo jueves 8 de septiembre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que encabeza Rogelio Ramírez de la O entregará al Congreso de la Unión el paquete económico para el 2023.
Hay una enorme expectativa y gran interés por lo que el gobierno mexicano proyecta en materia de ingresos, de recaudación de impuestos y gasto público y por las variables económicas sobre las que planea para el próximo año.Son muchos los temas que mantienen la atención pública.
En la industria de las telecomunicaciones, la gran interrogante a despejar es: ¿qué esquema planteará el gobierno mexicano en torno al espectro radioeléctrico?
El espectro radioeléctrico es la súper carretera (en sentido figurado) a través de la cual corren todos los servicios de telecomunicaciones.
La interrogante, preocupa a las empresas, pero debería preocupar al propio gobierno y a los usuarios finales.
Le preocupa a las empresas porque el precio del espectro impacta directamente en los costos para desplegar y ofrecer servicios.
Y a los consumidores debería preocuparles porque, al final, es a todos los usuarios de los servicios de telecomunicaciones a quienes les impacta.
Hasta ahora, los consumidores se han beneficiado de precios bajos de servicios de telecomunicaciones.
La tendencia de los precios de telecomunicaciones no ha seguido la tendencia de la inflación en general.https://7430857c0e36510552f30138d321dad6.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html?n=0
En los últimos seis años, los precios de los servicios de telecomunicaciones han disminuido más de 40%.
Sin embargo –aseguran los expertos en la materia– no es sostenible seguir manteniendo esos niveles de precios, cuando los costos para ofrecer estos servicios son cada vez más altos.
Desde 2018, las telecomunicaciones móviles enfrentan presiones alcistas de precios, por la creciente trayectoria de los precios generales de la economía y el incremento en los costos para ofrecer servicios.
El principal factor encarecedor de los servicios es el incremento de los derechos por el uso, goce o aprovechamiento de las bandas de espectro radioeléctrico que ha incrementado 34.7% en los últimos 6 años, bajo la lógica de igualar los precios del espectro a la inflación de la economía en su conjunto: 38.7%.
Gracias a esto, México tiene uno de los espectros más caros y restrictivos del mundo, afectando severamente la transformación digital y el cierre de la brecha digital.
Para un operador en México, el costo del espectro es 10 veces más caro que en Brasil, 5 veces más caro que en Alemania y 40% más caro que en España.El espectro caro es una barrera a la entrada para que jugadores con menor escala puedan competir en igualdad de condiciones con otros de mayor escala.
Este problema estructural del sector ha generado que en el mercado móvil en México, sólo subsistan dos competidores con espectro radioeléctrico: América Móvil y ATT, con participaciones de mercado muy dispares; una red mayorista: Altán Redes que cayó en concurso mercantil, y tuvo que ser rescatada por el gobierno; y, dificultades para cerrar la brecha digital. México enfrenta una situación grave en el sector móvil al tener la concentración de mercado más alta del mundo, lo que genera pocos incentivos para expandir la conectividad y baja penetración de los servicios entre la población.
En México se registra la mayor diferencia –alrededor de 54 puntos porcentuales– en participación de mercado por ingresos, entre los principales operadores de los países de la OECD y Latinoamérica.
En otros países, la subasta define la mayor parte del costo del espectro, pero en México el valor de la subasta es apenas una fracción de la anualidad que deben pagar los operadores.
De ahí la importancia de la política que seguirá para el próximo año 2023 la secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Si el gobierno mantiene el esquema que ha seguido hasta ahora, es decir si basa el valor del espectro en función de la inflación, será una pésima noticia para los operadores y para los consumidores.
Y más temprano que tarde, el efecto positivo que se ha visto hasta ahora con la disminución de los precios de los servicios de telecomunicaciones, podría comenzar a revertirse con los impactos negativos consecuentes, para el desarrollo de la industria y para el nivel inflacionario de los servicios de telecomunicaciones, es decir para el bolsillo de los millones de mexicanos. Al tiempo.