vía NYTimes.
¿Hacia dónde está yendo todo el dinero?
Meta, la corporación antes conocida como Facebook, ha invertido cantidades impresionantes de dinero en lo que llama “el metaverso”, el mundo paradisíaco de realidad virtual que para Mark Zuckerberg representa el futuro de las conexiones humanas.
Sin embargo, para mí, las preguntas más interesantes sobre el metaverso son menos sociológicas y más financieras. Cuando me puse el último visor de realidad virtual (RV) de la empresa, el Quest Pro de Meta, que cuesta 1500 dólares, y me lancé en paracaídas a Horizon Worlds, el parque temático virtual de Meta, no me quedé reflexionando sobre el futuro de la comunicación humana. Más bien, en el estado del departamento contable de Meta.
El Xanadú de Zuckerberg es un páramo caricaturesco. Por donde mires hay anuncios que prometen una gran diversión: conciertos, salones de juegos, lugares para cantar con micrófonos abiertos, salas de baile, bolos, salas de escape y mucho más. No obstante, casi todo es una tomadura de pelo. La mayoría de estos lugares están abandonados; tendrás suerte si encuentras muchos recintos poblados con más de un avatar. Cada rincón del metaverso de Meta apesta a un abandono espeluznante, como el Estados Unidos posapocalíptico de la serie de juegos Fallout. Además, conforme deambulas por ese lugar desolado, no puedes evitar pensar en cómo se han quemado todos esos miles de millones de dólares: ¿Zuckerberg gastó todo ese dinero… en esto? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿En qué estaba pensando? ¿Lo están chantajeando?
Las cantidades son desconcertantes. En un informe de resultados del mes pasado, la empresa anunció que Reality Labs, su negocio del metaverso, había despilfarrado casi 4000 millones de dólares en el último trimestre financiero. La división gastó más de 10.000 millones de dólares en lo que va de este año, un ritmo que superó los 12.000 millones de dólares que gastó en el metaverso el año pasado. En tan solo unos años, las inversiones en RV de Meta han superado lo que Estados Unidos gastó en el Proyecto Manhattan (ajustado por la inflación).
Claro está que muchas de las empresas tecnológicas gastan un montón de dinero a las nuevas iniciativas. Netflix ha invertido decenas de miles de millones de dólares en películas y programas de televisión. Tesla está gastando vigorosamente para establecer sus operaciones de autos y baterías. Y todos los años, Amazon gasta miles y miles de millones de dólares en centros de datos y bodegas de logística.
Sin embargo, el gasto de Meta es distinto por lo asombrosamente poco que debe mostrar a cambio de ese dinero. Al menos los miles de millones de dólares de Netflix nos dieron Stranger Things y El juego del calamar. El dinero de Tesla está revolucionando la industria del automóvil. Las inversiones infinitas de Amazon me permiten recibir el mismo día envíos de pasta dental y papel de baño. Por otro lado, el gasto de Meta en RV parece apenas un poco más fructífero que meter el dinero en un horno. Los 12.000 millones de dólares que invirtió Reality Labs en costos dio como resultado tan solo 2300 millones de dólares en ingresos el año pasado; en lo que va de este año, el ingreso es tan solo un poco más alto, mientras que los costos subieron más de una cuarta parte.
El gran gasto de Meta podría tener sentido si usara el dinero para subsidiar el costo de sus visores de RV: lo que reduciría su precio lo suficiente como para que el dispositivo fuera un éxito masivo. Sin embargo, como dije, el último dispositivo RV de la empresa se vende por un ojo de la cara: 1500 dólares.
El Quest Pro de Meta es bastante bueno. Es más cómodo que las versiones más antiguas y baratas y su monitor y sistema de rastreo de movimiento funcionan de una manera mucho más fluida, pues elimina la más mínima sensación de mareo y la presión en los ojos que he sentido en dispositivos de RV anteriores.