“En el mercado de las telecomunicaciones se debe pelear con inversión, es lo que nos da el liderazgo”, dijo en entrevista Marcelo Cataldo (43). El nuevo presidente de Tigo Une (Colombia) es ingeniero informático con MBA de la Universidad Politécnica de Madrid (España). Hasta hace poco se desempeñó como vicepresidente comercial de Tigo Une, fue director de desarrollo de Negocios de América Latina para Millicom International Cellular SA, además de director de soluciones y presidente de negocios corporativos para la misma compañía. Igualmente, estuvo encargado de la unidad de negocios en Tigo Paraguay.
La tendencia mundial en el sector de telecomunicaciones es ofrecer servicios convergentes, es decir, todas las prestaciones posibles en la misma red e incluso en una misma factura. Es la indiscutible preferencia del cliente, que opta por contratar con un solo operador para entenderse con un solo proveedor.
Es lo que comprendió Tigo en Colombia, que hace dos años se fusionó con Une Telco, una empresa de telecomunicaciones colombiana creada en el 2006, buscando además la posibilidad de disputar su porción de mercado en igualdad de condiciones frente a sus principales competidores en este rubro: Claro y Movistar.
La combinación de una multinacional como Millicom International Cellular SA y un operador colombiano con ascendencia pública y regional como Une, reacondicionó el mercado colombiano; ahora Tigo Une llega a 750 municipios del país y beneficia a 11 millones de usuarios. La fusión significó ganar terreno, llegando al 20 por ciento de participación en el mercado móvil.
Con el segundo lugar obtenido en Colombia, se llegan nuevos desafíos, es por eso que desde el próximo 1 de agosto, Cataldo, actual vicepresidente comercial de Tigo Une, será el nuevo presidente de la compañía, en reemplazo de Esteban Iriarte, quien a su vez asumirá el cargo de jefe de operaciones de Millicom para Latinoamérica.
Marcelo Cataldo, el paraguayo de personalidad rápida y polifacética que tiene además un gusto contagiante por el deporte, ha redoblado la apuesta y asume próximamente uno de los retos más importantes de su vida profesional: la Presidencia de Tigo Une (Colombia). No puede decir que le tomó por sorpresa, ya que se ha preparado toda su vida para nadar en el mar abierto de las telecomunicaciones, pero sí quiere ser agradecido con la oportunidad que le da la multinacional para demostrar su capacidad de liderazgo.
A su paso por Paraguay, La Nación tuvo la oportunidad de conversar con el flamante ejecutivo que explicó el proceso de consolidación de las compañías de telecomunicaciones en la región, recalcando que el liderazgo empresarial en el mercado se logra con inversión, un compromiso que la compañía también tiene en nuestro país.
-Vemos con mucha alegría que en Tigo los paraguayos tenemos un gran destaque, ¿cuál es tu experiencia en el sector de telecomunicaciones?
-Siempre escuchamos que es difícil para los paraguayos ser exitosos en el exterior, creo que tenemos formación y capacidad suficiente para encontrar el éxito. Trabajamos con pasión y dedicación y eso afuera no es muy común. Lo que nos falta es, llegada la oportunidad, arriesgarnos más, por eso es que valoro que el grupo confíe en paraguayos, y que nos entregue la oportunidad para demostrar lo que somos capaces de hacer.
En cuanto a mi experiencia, tengo más de 18 años en el sector y en los negocios financieros, lideré operaciones comerciales a nivel regional y global para el Grupo Millicom. Me inicié en Paraguay en el 2010 como gerente de las áreas Corporativas y para el Hogar, en menos de un año fui promovido al cargo regional de Soluciones y Servicios móviles financieros para Latinoamérica. Tiempo después, ya ocupé un cargo de responsabilidad global, en la Unidad de Negocios y Administración Corporativa, con residencia en Miami, EEUU. Llego a Colombia en el 2013, como gerente comercial y cabeza de la Unidad Móvil.
-Esta oportunidad dentro de la multinacional, ¿crees que se debe, en parte, al gran éxito de Tigo en Paraguay?
-No solamente ser el líder en el mercado local, sino también una política empresarial que reconoce a cada uno de los autores de dicha consolidación. Creo que la compañía apuesta genuinamente a la gente, a su gente. Para darte una idea, Tigo Colombia es la operación más grande de Millicom International Cellular SA, representa el 40% de sus ingresos. Me dieron la oportunidad a mí, que ocupaba el cargo de vicepresidente dentro de la compañía, y que no tengo experiencia como presidente. Una empresa tradicional simplemente traería a un presidente de afuera, con experiencia en el cargo. Por eso es que decimos que está en nuestro ADN dar oportunidad a la gente que trabajó por la compañía y demostró su capacidad.
-En prácticamente todas las operaciones de Tigo, tanto en África como en Latinoamérica, hay un paraguayo ocupando un cargo de gerencia
-Tal cual, y es una muestra tangible de que las oportunidades están vigentes para todas las personas que se destacan, luego te toca arriesgarte y demostrar tu capacidad para asumir desafíos. Hoy existen paraguayos en Bolivia, El Salvador, Colombia, en el equipo regional de Miami, además de paraguayos en dos países de África.
-Siete mercados en los que tiene presencia en América Latina (Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay). Además de la consolidación, ¿es difícil pensar en la expansión?
-Millicom siempre está buscando oportunidades para crecer, somos la tercera compañía a nivel mundial en facturación, así que existe una gran oportunidad de expandirse, pero no es a cualquier precio. Nos caracterizamos por dar muy buen retorno a los accionistas, lo cual implica manejar con cuidado las inversiones. Crecer por crecer no es la fórmula que utilizamos, ya que hoy es posible expandirnos a cualquier país, con operaciones pequeñas o virtuales, pero eso muchas veces no contempla calidad, y por ende, el retorno que esperan nuestros accionistas no está asegurado.
-¿Qué se evalúa para definir la posibilidad consolidación o expansión en un país?
-Existe toda una estrategia, donde se analiza: nivel de endeudamiento de la compañía, la necesidad de inversión en el país para desplegar una red con calidad, también hacemos un análisis exhaustivo de la regulación de las telecomunicaciones, ya que son las reglas de juego para desplegar la tecnología y competir en igualdad de condiciones, por supuesto también un análisis de nuestros eventuales rivales comerciales.
-Colombia, el mercado que te tocará administrar, fue además el primer país donde la compañía se fusiona con una empresa pública, ¿cómo fue ese proceso?
-En Colombia el operador líder es Claro y el segundo es Movistar, ambos ofrecen todo el portafolio de servicios (TV, internet, servicios móviles y corporativos), nuestra compañía solo ofrecía los servicios móviles y Une, la empresa pública de Antioquia, ofrecía solo servicios fijos, así que fue la combinación perfecta, aprovechamos su fortaleza en Medellín y nuestra fuerza en la costa, y la capacidad de crecimiento que tenemos ambos en Bogotá. Colombia es un país extenso (1.141.000 km2), geográficamente muy accidentado, no es tan fácil llegar a todas las regiones, entonces establecer las redes, contar con fibra óptica, hace que sea un desafío muy importante. En esa combinación de elementos, vimos que las compañías podíamos complementarnos y buscamos la fusión, tal es así que somos el segundo operador del mercado.
-Con esta fusión, ¿también buscan liderar el debate para que, desde el gobierno colombiano, se trabaje por un sector más equilibrado regulatoriamente?
-Cada gobierno tiene su estrategia regulatoria y sus ambiciones en base a la tecnología que quiere desarrollar. En Colombia, el objetivo del gobierno es tener 27.000.000 de personas conectadas a internet para el final del período del presidente Juan Manuel Santos, así que el avance tecnológico está dentro de su agenda. El proceso regulatorio es todo un desafío por el tamaño del mercado y de las compañías, han existido avances interesantes, y estamos en un proceso de ajuste para evitar el abuso de la posición dominante.
-En nuestro país también se da una discusión parecida, donde las compañías exigen a Conatel, mayor regulación en el mercado, por la dimensión de Tigo.
-Hay una diferencia entre ser grande y ser dominante. Tigo en Paraguay es un operador grande. En nuestro caso, Claro en Colombia es un operador dominante, ya que ejerce la dominancia en el mercado, por el peso de su volumen de negocios. Yo sinceramente no veo que Tigo en Paraguay abuse de su posición, además cumple con las regulaciones e invierte en el país. Esto es un negocio de inversión, hay un espectro nuevo, compramos el espectro, queremos salir con televisión satelital, invertimos en la red 4G LTE, llevamos conexión a comunidades alejadas que nunca tuvieron acceso a internet, estamos comprometidos a seguir invirtiendo.
-Entonces… la inversión tiene que ser premiada con la posibilidad de poder expandir el negocio. Porque lo que vemos aquí es que compañías que no invierten al mismo ritmo quieren frenar el progreso.
-No manejo mucho los detalles de la discusión en Paraguay, pero sí me gustaría recordar lo que pedimos como empresa, a los reguladores. Hay que entender que esta es una inversión a largo plazo, una apuesta financiera que se repaga en años, por eso pedimos un escenario regulatorio equilibrado y constante en el tiempo, que nos permita tener certeza sobre las inversiones.
-¿Cuesta tanto entender que el camino para fortalecer a la empresa no es frenar el progreso del competidor, sino invertir para volverte competitivo?
-Fue lo que tuvimos que definir en Colombia, donde hasta hace poco nos encontrábamos en el tercer lugar por lejos. ¿Qué hicimos nosotros? No quisimos frenar el progreso de nuestros competidores, más bien nos decidimos a invertir, logrando la fusión con la empresa pública para entrar a luchar fuertemente por el lugar que creíamos, nos merecíamos en el mercado. Invertimos en Colombia US$ 1.600 millones por año (US$ 400 millones en inversión y US$ 1.200 millones en operación de capital). En el mercado de las telecomunicaciones se debe pelear con inversión, es lo que nos da el liderazgo.
Su vida como deportista
-Háblanos de tu polifacética trayectoria deportiva, ¿viste al deporte como el canal para evitar el estrés y la vida sedentaria?
-Siempre fui un tipo bastante inquieto, me gustaban varios deportes, jugué tenis, vóley, hándbol, practiqué natación desde pequeño y finalmente me quedé con el taekwondo, que me contribuyó en dos cosas, la perseverancia que también me acompañó en el mundo de los negocios y el estilo de vida, donde nos basamos en el respeto e integridad de la persona. Con esta disciplina fui a cinco mundiales y a tres campeonatos panamericanos, además de fundar mi propia academia en Paraguay, que recientemente cumplió veinticinco años.
-Supongo que por tus crecientes responsabilidades profesionales fuiste postergando tu vínculo competitivo con el taekwondo, ¿es ahí donde empezaste con el triatlón?
-Efectivamente, después del taekwondo del estilo ITF, me inicié con este deporte individual que reúne tres disciplinas deportivas: natación, ciclismo y carrera a pie. Como soy inquieto al hablar de deportes, empecé trotando, inicié con la bicicleta en Miami y luego le agregué la natación. Me operé de la rodilla y tuve que dejarme del trote y la bicicleta, por la carga que representa para el cuerpo, pero sigo nadando.
-Te animaste a desafiar maratónicas travesías en mar abierto, enfrentando olas de más de un metro de altura, ¿cómo fue eso?
-El año pasado hice dos ultramaratones de natación. Inicié a partir de los 10 kilómetros de nado, en Miami, hasta el más reciente desafío, una ultramaratón de natación de 15 kilómetros. Un desafío que muy poca gente hace, 15 kilómetros nadando a mar abierto significa 6 horas de natación, tiempo en que no podes tocar nada y además tenes que enfrentarte a las olas. Clasifiqué en el puesto 30 entre 50 competidores de mi división. No tengo registro de que algún paraguayo haya hecho lo mismo, si hubo desafíos con más horas en el río Paraguay.