2021 .09.09
Vía El Financiero
Hay mil 500 empresas de fintech en Latinoamérica. Se trata del nivel de simplificación que alcanzan las cosas con un smartphone en la mano.
Hay anglicismos que funcionan bien en español y luego está esa palabra… ‘fintech’. El término acuñado hace años refiere a negocios que quieren replantear todo lo malo que hay con los bancos. Es fin-tech o tecnología financiera.
Uno de sus representantes ofrece entrar como ‘socio’ con 250 pesos. ¿A qué? A la actividad de arrendamiento, eso que requieren las empresas para, por ejemplo, comprar de un golpe computadoras más potentes a todos los del equipo, ahora que trabajan desde sus casas.
La compañía que recibe el dinero puede pagar en mensualidades y deducir una parte de la inversión, ahorrar impuestos, vaya.
Hay anglicismos que funcionan bien en español y luego está esa palabra… ‘fintech’. El término acuñado hace años refiere a negocios que quieren replantear todo lo malo que hay con los bancos. Es fin-tech o tecnología financiera.
Uno de sus representantes ofrece entrar como ‘socio’ con 250 pesos. ¿A qué? A la actividad de arrendamiento, eso que requieren las empresas para, por ejemplo, comprar de un golpe computadoras más potentes a todos los del equipo, ahora que trabajan desde sus casas.
La compañía que recibe el dinero puede pagar en mensualidades y deducir una parte de la inversión, ahorrar impuestos, vaya.
Su contraparte, que pueden ser ustedes, cobra intereses cercanos a 20 por ciento, más altos que los que les daría el banco o su Afore.
Obviamente, 250 pesos no compran una computadora, pero muchos socios que aporten 250 pesos sí pueden conformar la ‘vaca’ suficiente para esa meta y cuando cumplen el monto, todos cobran intereses por ese procedimiento financiero. Es la base del crowdfunding o el fondeo de multitudes.
Lendera es la empresa que convoca a esta actividad de arrendamiento y viene referida en un estudio publicado ayer por Mercado Pago –la marca financiera de Mercado Libre–y por una consultora de nombre Finnovista.
La aventura consiste en entrar al menos con 250 pesos al negocio que hasta hoy ostentan principalmente los grandes grupos financieros.
El trámite de alta se hace en línea con la foto de documentos oficiales y el depósito del dinero en cuestión.
Atención, que esto no es una recomendación y cada quien debe vigilar el riesgo de ceder tal cantidad de información a un desconocido. Para ayudar en eso hay una Ley Fintech y autoridades.
Aquí el asunto es el nivel de simplificación que alcanzan las cosas con un smartphone en la mano. Por eso hay mil 500. ¡Mil 500! empresas de fintech ya en Latinoamérica.
De acuerdo con el estudio que revela estas cifras, hay unas 30 mil personas involucradas en esa actividad y tal vez por eso mismo son frecuentes los mensajes por correo electrónico enviados a medios de comunicación, para resaltar las bondades de una u otra fintech que requiere difusión.
La mayoría de éstas ofrece poca innovación. Muchas insisten con tarjetas de crédito o débito para un nicho específico, mismas cuyos promotores describen como si acabaran de descubrir el mango.
Algunas cargan con un montón de capital detrás, aportado por fondos de inversión internacionales, cuyos representantes empujan a los emprendedores a obtener cuanto antes una mayor valoración de la su compañía –o startup– mediante la creación de FOMO (fear of missing out) para poder vender y salir de ahí rápido con ganancias.
Vaya riesgo reputacional para el término fintech. Pero hay también excepciones como siempre.
Podría ser Lendera o Prestadero o algunas de esas compañías que facilitan el acceso a las mayorías, para que éstas no permanezcan solamente del lado pasivo del sector financiero.
También destacan otras actividades que se sirven del sufijo ‘tech’ para vincularse con esta actividad, pero de un modo más específico.
En el estudio citado, llamado ‘Evolución del Sector Fintech en Latam’ resaltan el caso de Sofía. Una ‘insuretech’.
En el país de un paupérrimo IMSS y un inexistente Seguro Popular, la atención a la salud corre en la mayoría de los casos por cuenta de quien pueda pagar. Sofía ofrece seguros de gastos médicos económicos, que prometen que el usuario no pagará más de 50 mil pesos por un percance que no rebase costos por un millón de pesos.
El nombre del juego en las fintech debe ser la simplificación y la democratización de servicios que los bancos no atienden, por la razón que sea.
También el acceso al negocio para quien no tiene dinero suficiente para instalar siquiera una oficina. Así tenga 250 pesos para invertir solamente.