David Páramo | Dinero En Imagen | 26 Abril 2016
La comisionada Adriana Labardini aseguró en días pasados que el Instituto Federal de Telecomunicaciones ya trabaja en el diseño de un programa de monitoreo de contenidos, además de una serie de lineamientos que protejan los derechos de las audiencias.
De los dichos de Labardini se desprendería que están trabajando en la regulación de contenidos, una facultad de la Secretaría de Gobernación.
Sus dichos son, en el menos malo de los casos, equivocados y están generando una tensión innecesaria no únicamente con la dependencia encabezada por Miguel Ángel Osorio Chong sino con los concesionarios de medios de comunicación que no están dispuestos a ceder lo que, otra vez con la mejor voluntad, parecería la intención de convertirse en la versión siglo XXI de la Santa Inquisición.
Es cierto que el pleno del IFT está trabajando en lineamientos para la defensa de las audiencias, ya en la ley se establece un catálogo muy importante de derechos como pueden ser normas sobre la obligación legal de tener subtitulaje o el lenguaje de señas en algún tipo de noticieros, pero de ninguna manera están trabajando en la regulación de contenidos. Si Labardini lo está haciendo, pues ella va solita y su idea no prosperaría en ninguna votación frente al pleno.
Hay que destacar que no existe ninguna toma de posición por parte del IFT en torno a los lineamientos de clasificación que ya tiene la Secretaría de Gobernación; sí establecer normas de protección a las audiencias que no tiene nada que ver con la regulación de los contenidos.
AYUDA
Quienes pretenden ayudar a Labardini hacen creer que quizá fue malinterpretada o que se hizo bolas con las declaraciones; sin embargo, si esto fuera cierto ya hubiera sido el momento de que la comisionada hiciera precisiones ya fuera a través de las áreas adecuadas del IFT o directamente.
Es importante recordar que el año pasado un grupo de fracasados que no pudieron llegar a ser comisionados del IFT, porque no tenían la capacidad suficiente y tuvieron que conformarse con ser miembros del Consejo Consultivo, hicieron una campaña con legisladores del PRD y el lamentable Javier Corral para impulsar desde ese organismo de consulta y asesoría una regulación a los contenidos usurpando las funciones que por ley le corresponden a la Secretaría de Gobernación.
La maniobra, que parecería para obtener favores políticos, no prosperó porque el pleno del organismo que encabeza Gabriel Contreras dejó muy claro que ellos no estaban atrás de ese intento que, ni siquiera, era de todo el Consejo Consultivo, ni mucho menos, del IFT.
El que Labardini vuelva a poner el tema con una declaración que, con muchas ganas de disculparla, fue confusa entre la reglamentación de los derechos de audiencias que sí se está trabajando y la verificación de contenidos, que no se está haciendo por el instituto ya que corresponde a Gobernación, es un asunto totalmente inapropiado que genera más tensión que soluciones.
Supongamos el peor escenario. Labardini se dejó seducir por la idea de ser Torquemada y asumir obligaciones que claramente le corresponden a la Secretaría de Gobernación, es una intención en la que va ella solita y que sólo tendría su voto de siete posibles en el pleno del IFT.
TENSIÓN CRECIENTE
Los días no son nada buenos para Aeroméxico. Boeing llamó a revisión los aviones Dreamliner por problemas en los motores que son la inversión más importante en equipo que ha realizado la empresa; sigue avanzando la determinación de permitir quintas libertades que modificaría el negocio radicalmente más allá de la alianza que están firmando con Delta.
Entre los sobrecargos de Aeroméxico la tensión cada vez es mayor. Dependiendo de a qué grupo pertenezcan es la forma en la que les va. Se ha desatado una suerte de terrorismo sindical, en el cual han despedido a sobrecargos por el gravísimo delito de emitir opiniones sobre la programación de vuelos a China entre sus compañeros.
Lo que está pasando en este sindicato es que Ricardo del Valle ha perdido totalmente el control del sindicato; y entre los trabajadores de mayor antigüedad se está generando una suerte de canibalismo.
Tal vez es momento de que la Secretaría del Trabajo, que lleva Alfonso Navarrete Prida, comience a poner el ojo en los temas de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, puesto que parecería que en ese sindicato las cuentas no cuadran y los trabajadores que se quejan son despedidos o amenazados.