vía El Independiente.
*Herramientas poderosas que se finipotenciaron, con las telecomunicaciones, el espionaje, ciberespionaje y el contraespionaje.
Si en tiempos normales, desde que hay registro de guerras entre países el espionaje es cosa común, más lo es en el mundo de hoy particularmente desde los tiempos de la Guerra Fría entre las potencias rivales que se habían dividido el mundo en dos —capitalista vs. socialista—, Estados Unidos por un lado y la Unión Soviética por el otro con su entorno satelital.
Si en tiempos normales, desde que hay registro de guerras entre países el espionaje es cosa común, más lo es en el mundo de hoy particularmente desde los tiempos de la Guerra Fría entre las potencias rivales que se habían dividido el mundo en dos —capitalista vs. socialista—, Estados Unidos por un lado y la Unión Soviética por el otro con su entorno satelital.
Solo como referencia, aun breve, ya en su tiempo lo expresó Sun Tzu en su El arte de la guerra, “El espionaje es esencial para las operaciones militares, y los ejércitos dependen de él para llevar a cabo sus acciones”. E Incluso cierra su libro con la siguiente sentencia: “No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje”.
Considerada obra de Tzu, como “el mejor libro de estrategia de todos los tiempos”, ha sido inspiración de grandes estrategas que, o bien han hecho la guerra o heredado desarrollos de dicha lógica militar, como Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung, entre otros para quienes ha sido de gran utilidad.
Empleada en todas las guerras y en la historia del mundo no hay excepciones, siguiendo los consejos de Tzu, a la fecha hay ideas comúnmente aceptadas sobre la definición del término, como la del diccionario de la RAE: “Acción de espiar (acechar); actividad secreta encaminada a obtener información sobre un país, especialmente en lo referente a su capacidad defensiva y ofensiva; …información fraudulenta en diversos campos: espionaje científico, industrial… (En todo caso), organización dedicada al espionaje (como) actividades del espionaje enemigo”.
Y la comúnmente citada —por eso, más no confiable al 100—, Wikipedia lo define del siguiente modo: “Se denomina espionaje a la práctica y al conjunto de técnicas asociadas a la obtención encubierta de datos, de información confidencial o de cualquier género de secretos. Las técnicas comunes del espionaje han sido históricamente la infiltración y la penetración, en ambas es posible el uso del soborno y el chantaje.”
De la Guerra Fría a la “caliente”
Hay, como decíamos un periodo particularmente interesante en la materia, durante la competencia entre potencias: “El espionaje fue una de las actividades más demandadas durante la Guerra Fría, en este enfrentamiento que tuvo lugar entre los bloques occidental-capitalista, liderado por Estados Unidos, y oriental-comunista, liderado por la Unión Soviética desde 1945 hasta la caída del comunismo entre 1989 (Muro de Berlín) y 1991 (golpe de Estado contra la URSS por la maquinaria de Occidente pero con ayuda desde adentro por Gorbachov).
“Durante la Guerra Fría ambos bloques utilizaron el espionaje y (su anverso) contraespionaje, como principal arma para conseguir información o en su caso, para desinformar al rival. Los dos bloques tenían agencias que respondían a esta actividad, por parte del bloque comunista: la KGB, ya desaparecida, y por parte del bloque capitalista EE.UU.: la CIA, aún vigente.
“La Guerra Fría es un periodo de la historia reciente muy tentador para el cine…, por su aire de misterio y oscuro que envuelve a un periodo de la historia en el que dos grandes bloques (EE.UU. y la URSS) se enfrentaron durante décadas en un conflicto ‘secreto’ y ‘silencioso’” (fuente citada), desde el punto de vista del espionaje más no en la realidad geopolítica desde donde se perpetraron las más diversas formas de la lucha entre bloques, así como entre los “aliados” de cada uno.
Tras las Guerra Fría y con la llegada del internet pareciera que los espías al estilo cinéfilo hollywoodense, como James Bond y el Agente 007 —bueno, sin vaciladas—: desde el gran Fouché, Mata Hari, Trepper, Bunke, Milligan, Ashrad Marwan o Richard Sorge, y otros hubiesen pasado de moda.
Y en parte así ocurrió, no porque dejara de ser de utilidad su servicio, sino porque el trabajo se amplió —por su utilidad, desde luego— al grado de pasar a formar parte integral de las actividades encubiertas de los Estados, sin excepción. Es decir, porque prevalecieron las grandes agencias tanto de las potencias de la otrora Guerra Fría, como de otros países que entraron a competir en los escenarios internacionales, y a su vez geopolíticos, una vez derribado el Muro de Berlín en 1989 pero sobre todo la URSS en 1991.
Así, al monopolio contenido tanto de la KGB como la CIA de los países en pugna de Guerra Fría —la primera desapareció, no así la segunda; pero tampoco eran las únicas—, destacaron otras agencias de Estado dadas las novedosas circunstancias como los atentados del 11/S a las Torres de Nueva York, para temas como el “terrorismo” —que siempre ha sido “de Estado”—, y otros como las actividades ilícitas o del crimen organizado. Las “guerras calientes”.
Desde luego que no únicamente para actividades de espionaje hacia afuera como hacia adentro, al interior de las propias sociedades consideradas “enemigos potenciales” o agentes subversivos que de manera organizada atentan contra los “intereses de los Estados”, como es el caso de EE.UU. que tras la argucia del 11/S el congreso aprobó el “Patriot Act”.
Grandes agencias usan el programa PRISM
Dicha Ley Patriótica autoriza a los empleados de agencias federales de seguridad, a “interceptar y recopilar comunicaciones para combatir la guerra contra el terrorismo”, decretada por Bush tras los atentados, lo que significó no otra cosa que restricciones ciudadanas. Y por extensión de sus leyes a manera extraterritorial, luego entonces las aplicó para detener a los presuntos “terroristas” en terceros países con los cuales colmó cárceles en Oriente Medio y otros que trajo a Guantánamo en Cuba.
En tanto Estados Unidos puso en marcha, aparte de la CIA, a la NSA y la DIA al mayor sistema de espionaje con el programa Echelon, bajo control de la segunda, el mismo lo hizo extensivo “para compartir información” con los socios del Commonwealth de Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, el llamado acuerdo de “Cinco ojos”.
Y entre las agencias de seguridad nacionales con que cuenta la Federación Rusa se encuentra el GRU (Departamento Central de Inteligencia) que depende del Estado Mayor, en tanto el FSB (Servicio Federal de Seguridad), el Ministerio del Interior y el FSP (Servicio Federal de Guardias Fronterizas), o el SBP o Servicio de Seguridad Presidencial —para seguridad del presidente—; entre otras como la FAPSI —equivale a la NSA—, para “inteligencia de señales, imágenes, electrónica, comunicaciones y criptografía, se presume compuesta por entre 53 mil y 120 mil personas (con prohibiciones para publicar sobre sus actividades, “capacidades y operaciones”).
Como programa PRISM, de la NSA, aún bajo la autorización en 2007 del Congreso de EE.UU., para “realizar escuchas para la defensa de la seguridad nacional”, el gran problema es que dicho programa está capacitado para ingresar a “la información de todos los usuarios de los reconocidos servidores como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Akype, YouTube, Apple, con el fin de archivar, clasificar, analizar y usar para inteligencia con propósito de salvaguardar la seguridad nacional”. (Daniela Alejandra Alba Useche, “El espionaje y agencias de seguridad: los Estados Unidos y la Federación Rusa”, en: https://cutt.ly/AVaYRBS).
Y tan se procesa dicha información que con el fin de “seguridad nacional” a raíz del 11/S se crearon múltiples agencias especializadas en “todos los escenarios para prevención del terrorismo o cualquier ataque, sea tierra, mar, aire”, entre las que se encuentran: IRPA, HSD, NRO, NGA, CIO.
Y, como decíamos, el trabajo del solitario espía (el Humint) encubierto sigue latente, solo que ahora hay otros personajes como “periodistas, diplomáticos, activistas”, etcétera, que recaban información del “enemigo”. Fortalecido con el ciberespionaje, el tipo de…que no deja huellas ni permite conocer al espía. Porque el ciberespionaje es el arma más difícil de detectar.
La herramienta que finipotenció el internet
“Con el desarrollo de las nuevas tecnologías, han aparecido técnicas que permiten obtener información objetiva como fotografías, conversaciones, etc. sin intervención humana. Así, existe hoy día una floreciente industria destinada a facilitar sofisticados medios tecnológicos, desde satélites espía hasta microcámaras, tanto para el espionaje como para la protección de la información. Laptops, computadoras y celulares también constituyen en la actualidad medios tecnológicos espías que se encargan de grabar, audio, vídeo, receptar datos, ideología y pensamiento a través del Internet y constituir un medio de rastreo”.
Nuevamente el internet como poderosa herramienta que finipotenció, además de las telecomunicaciones el espionaje, ciberespionaje y el contraespionaje, desde los Estados, tanto hacia su interior contra los ciudadanos, como para la guerra de los contrarios, competidores en el escenario internacional.
Continuará, la parte final.
geopolítica.com, [email protected], @sal_briceo