Todo el software viene de algoritmos y ellos a su vez de métodos que son ciertamente patentables. Tenemos para impulsar, en paralelo, cuatro áreas que considero relevantes y que van de la mano con el desarrollo de blockchain. Hay que aclarar que blockchain implica diversos algoritmos y arquitectura de datos que se usan para muchas cosas, entre una y sólo una de ellas, para algunas criptomonedas, siendo otro ejemplo la trazabilidad de productos pesqueros, automotrices e incluso de perfiles académicos.
El primero es el de la inteligencia artificial: la creación de algoritmos y sobre todo de implementación de soluciones que puedan traer beneficio a la sociedad, al capitalizar los miles de millones de datos que reflejan el fruto de nuestra experiencia diaria y que puede ser introducido en las bases de datos y de conocimiento para ser usadas por los algoritmos. Hasta el día de hoy, los desarrollos más trascendentes de la inteligencia artificial están soportados por algoritmos y sobre todo por datos. Y es aquí donde surge el segundo punto que quiero resaltar: la ciencia y la ingeniería de datos.
Las tecnologías de la información cumplen su función de transformar datos en información, información en conocimiento para el apoyo a la toma de decisiones o para alimentar sistemas de inteligencia artificial que puedan realizar tareas de cómputo intensivo en milisegundos. Tareas de cálculo numérico que tomarían miles de años en ser resultas pueden ser computadas en un instante. Robots virtuales pueden navegar hoy por las redes capturando información para analizar situaciones. Todo esto en el mundo virtual. El tercer punto que quiero resaltar es el de la robótica tanto de servicio como industrial.
La industria merece más atención que la que actualmente le damos, sobre todo ahora que queremos aprovechar la reestructuración de las cadenas logísticas y necesitamos incorporar cada vez más procesos de automatización que permitan dignificar las labores manuales y, al mismo tiempo, asegurar la calidad de las manufacturas. Y todo esto requiere la transmisión segura e integral de datos. Y aquí resalto el cuarto punto. Veamos, si pensamos en el futuro, debemos acelerar la atención y las inversiones en un área estratégica: el cómputo cuántico.
Ya empresas como IBM, etcétera, así como en 1958 con la creación del transistor proyectaban el uso de las computadoras que empleamos hoy día y que generan miles de millones de dólares en estas empresas, y una gran proporción en impuestos a los gobiernos que las albergan, México debe buscar estrategias para subirnos al mundo cuántico y por ende a la economía del conocimiento. Pongo al final el tema del cómputo cuántico no por ser de menor importancia, sino justamente por lo contrario. En una próxima entrega explicaremos a detalle sobre esto.
Todo el universo del blockchain está fundamentado en la criptografía que permite ofrecer el margen de seguridad necesario para las transacciones basadas en algoritmos, hasta hoy en computadoras tradicionales. Y justamente el cómputo cuántico vendrá a revolucionar todos esos mecanismos, para hacer inviable continuar con el cómputo tradicional en el aseguramiento de transacciones. De esa forma, estamos obligados a incursionar en el cómputo cuántico, asunto que comienza a ser, más allá de relevancia estratégica, un asunto de seguridad nacional
El blockchain del futuro integrará algoritmos de inteligencia artificial ejecutándose en computadoras cuánticas en aplicaciones que aprenderán gracias a los avances en ciencias e ingeniería de datos, y donde podremos compaginar y empoderar nuestra actividad humana con robots tanto en las industrias como en nuestras casas.
Así, el blockchain será un mecanismo robusto de seguridad. Tenemos que subirnos con rapidez y profundidad en esta convergencia tecnológica para atender no solo los 17 retos de desarrollo sustentable, sino para que como sociedad estemos listos para ofrecer empleos de calidad y subirnos a la arena internacional desde cada rincón del país.
Incluso en México ya hay grupos de investigación como el del Dr. Venegas-Andraca, quien en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo y la empresa británica Cambridge Quantum Computing (ahora Quantinuum), desarrollaron un protocolo cuántico para la protección de blockchain contra ataques criptográficos de computadoras cuánticas.
El camino está siendo trazado, hay que impulsar al máximo este tipo de investigación para capitalizar en productos de alta tecnología en el mediano plazo. Si hablamos de educación, las carreras universitarias en ingeniería computacional, ciencias computacionales, cibernética, ciencias e ingeniería de datos, sistemas digitales y robótica cobran hoy una relevancia para su desarrollo inminente y debieran estar cada vez más incrustadas en el resto de las áreas del conocimiento.
No queremos educar a nuestras y nuestros universitarios para resolver retos del presente, sino del futuro.
Propongámonos un misión. Por ejemplo: para el 2035 ser el país que tenga el mayor porcentaje de Pymes de base tecnológica; o para el 2040 ser el quinto país con mayor porcentaje de artículos científicos y comercialización de patentes en algoritmos de cómputo cuántico; o para el 2045 ser el país con el mayor crecimiento de población económicamente activa en la quinta revolución industrial.