vía El Economista.
En el mundo se registra un boom de los contenidos audiovisuales (series, películas, docuseries, etcétera), transmitidos por un creciente número de plataformas a través de todas las pantallas.
México no es la excepción y localmente se observa una batalla campal por el mercado de consumidores de contenidos audiovisuales a través de los sistemas de video bajo demanda y por suscripción (conocido por su sigla en inglés SVOD).
Ahí vemos a todas las marcas famosas: Netflix, Disney, VIX, Blim, Claro Video, HBO, etc.
De acuerdo con las cifras de la consultora especializada The CIU que preside Ernesto Piedras, luego del confinamiento al que obligó la pandemia del Covid-19, el mercado de las plataformas de video bajo demanda por suscripción sumó 12 millones de suscriptores al cierre del 2021, lo que significó un aumento de 13.8% comparado con el año previo.
A través de todas esas ventanas, los consumidores mexicanos hemos atestiguado, cómo han evolucionado una gran cantidad de países en la producción de contenidos audiovisuales, con más o menos presupuesto y con mayor o menor calidad. Pero hasta ahora, no se había visto que desde el gobierno se promoviera en nuestro país a la industria de contenidos audiovisuales, a pesar de contar con una gran cantidad de capital humano y directores de cine que han sorprendido por su talento al mundo.
Por eso llamó la atención que Tatiana Clouthier tomara cartas en el asunto. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció la semana pasada, a través de la Secretaría de Economía, un Proyecto de Impulso al Sector Fílmico.
La idea es atender a las industrias del cine, la producción de series para televisión y plataformas digitales, así como la producción publicitaria audiovisual.
Y tiene un objetivo muy ambicioso: convertir a México en un país líder a nivel internacional en la creación de contenido audiovisual.
Sin duda, se trata de una política pública correcta, si se considera que de acuerdo con cifras del INEGI, el PIB de las industrias culturales representó casi el 3% del PIB total del país al cierre del 2020.
De esa cantidad global, casi el 40% (37.8%) corresponde al sector fílmico. Llama la atención la iniciativa gubernamental porque México tiene mucho mayor capacidad que su gran atractivo como masa de consumidores.La idea y la intención gubernamental es buena porque planea realizarla en colaboración con los gobiernos locales, cámaras de la industria, productoras cinematográficas y productoras independientes nacionales e internacionales.Tiene también como parte de su estrategia buscar y lograr la relocalización de productoras y producciones fílmicas, especialmente estadounidenses, en México para incentivar el desarrollo de infraestructura fílmica y aumentar el número producciones en el país.
Y aprovechar el T-MEC que incluye, a diferencia del TLCAN, un capítulo digital.Hasta ahora, México se ha consolidado como uno de los principales destinos de filmación.
Según Fernando de Fuentes, presidente de la Canacine, la filmación de series en territorio mexicano ha crecido 70% en la última década, mientras que la producción de largometrajes ha rebasado un récord de 250 por año.
La directora del Imcine, María Novaro, asegura que en 2021, en México se filmaron 256 largometrajes, un récord que llegó después de la caída de 49% en la producción en 2020, cuando hubo 111 filmaciones.
En la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, asegura que en virtud de la digitalización de los permisos, se ha impulsado notablemente a la industria fílmica.
En la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum, asegura que en virtud de la digitalización de los permisos, se ha impulsado notablemente a la industria fílmica.
También hace falta que se impulsen los tiempos obligatorios para la exhibición de las producciones nacionales. Esos son los pendientes.