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Capacity Caribbean 2016

José F. Otero | El Economista | 17 de febrero de 2016.

Durante los pasados días participé en el foro Capacity Caribbean celebrado en Puerto Rico. El tema principal del evento, como bien dice el nombre, es el mercado mayorista de servicios de transporte del Caribe. Esta región, tan diversa y tan olvidada en los principales foros de telecomunicaciones, logró reunir en un par de días a algunos de los principales ejecutivos de la región.

Los temas discutidos fueron diversos y no exentos de controversias. Entre éstos, uno de los más recurrentes fue el rol que jugarán los OTT en el futuro y cómo los operadores tienen que enfrentarse a un nuevo jugador tan maleable como impredecible. Entre las ventajas de los operadores ante estos productores de contenido se mencionó repetidamente la experiencia en el manejo de una red de telecomunicaciones para ofrecer acceso.

Sin embargo, esta ventaja tampoco se presenta como insalvable, pues hubo un reconocimiento de distintos oradores de un simple hecho: el operador que tajantemente decida bloquearle el acceso (por lo menos en los mercados del Caribe) a un OTT corre el riesgo de que el proveedor de contenidos monte su propia infraestructura y se convierta en competidor. Obviamente, lo anterior tomando en cuenta la necesidad de obtener los permisos regulatorios necesarios y el potencial de generar ingresos en cada mercado.

La situación actual de Cuba generó varios comentarios, la mayoría centrados en tratar de aterrizar las extraordinarias expectativas existentes sobre este mercado. Por un lado, el embargo económico de Estados Unidos hacia esta isla no ha sido revocado, lo que dificulta el establecimiento de una relación comercial directa. En la actualidad, los tratos se hacen por medio de intermediarios.

Además de las aprobaciones por el cuerpo legislativo estadounidense, para poder restablecer relaciones comerciales normales (más problemático que las diplomáticas) con Cuba hay que considerar el rol del Poder Judicial. Básicamente: hay que compensar económicamente a personas que han ganado demandas en contra del gobierno cubano en cortes estadounidenses.

También hubo un llamado a ser más conscientes de la realidad cubana y el poder adquisitivo que tendrá el cubano promedio, de liberarse el mercado. ¿Cuántos OTT tendrían éxito en Cuba mientras haya controles tan estrictos al acceso a contenidos por Internet? No hay que olvidar que la Habana es quien decidirá quién, cómo y cuándo será el proceso de liberalización del sector de telecomunicaciones, o que para hacerlo no necesita esperar a que el Congreso estadounidense levante el embargo.

Cuando me llegó el turno de presentar, me enfoqué en destacar las diferencias culturales, políticas e históricas existentes en los 33 mercados del Caribe que hospedan un total de 85 operadores móviles, desde monopolios en Cuba y Bahamas hasta un mínimo de cinco operadores en Islas Vírgenes estadounidenses y Puerto Rico. Las cifras que compartí mostraron a Barbados como uno de los líderes de telecomunicaciones del hemisferio, al contar con más de 85% de sus hogares conectados a fibra óptica.

Fuera de las presentaciones, uno de los temas recurrentes era la iniciativa del gobierno de Puerto Rico de crear una empresa pública para ofrecer servicios mayoristas de transporte, como también de acceso a Internet. Lo preocupante de este nuevo emprendimiento no es lo que se hace, sino la forma en que se está haciendo: el nuevo operador parece no tener la obligación de pagar impuestos por servicio y, según comentarios de distintos expertos, tampoco por sus equipos.

Se imaginan en México a la red mayorista 100% del gobierno, que ofreciera servicio de banda ancha residencial, no pagara impuestos, tenga la potestad de comprar equipos más baratos y reciba a dedo todos los contratos de dependencias del gobierno sin entrar a subasta. Según escuché, este escenario quiere ser realidad en Puerto Rico.

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