Carolina Navarrete Garcia | El Sol de México | 31 de agosto 2015
En la 87 Convención de la CIRT, la libertad de expresión cobró especial relevancia ante recientes manifestaciones que ponen en riesgo la actividad de los comunicadores y el derecho de todos los mexicanos, por lo que se reiteró la importancia del respeto irrestricto a las libertades de programación y de expresión, un pilar de la vida democrática que hace que la radio y la televisión sean servicios imprescindibles para el país, que fomentan el diálogo y el debate de la vida pública.
Los delegados de la Convención concluyeron que es necesario que se otorgue plena certidumbre legal a la industria y consideraron que es inaceptable que el Instituto Federal de Telecomunicaciones pretenda extralimitarse en sus funciones, como en el caso de los lineamientos de Defensoría de la Audiencia.
Enfatizaron que la Ley de Telecomunicaciones prevé claramente el derecho de los concesionarios de nombrar de manera colegiada una Defensoría de Audiencia y sumarse a un Código de Ética gremial, pero los lineamientos que ha presentado el IFT, sin sustento jurídico, obligarían a que cada emisora e incluso cada programa nombre a un defensor y genere su propio Código de Ética.
Esto deberá ser reconsiderado por el IFT.