Usualmente, cuando se habla de América Latina y el Caribe, 99% de la atención no se lo llevan los mercados de las Antillas. Caribe pasa a ser como el segundo apellido que todos sabemos que existe pero cada vez menos personas lo utilizan. Es por esta razón que doy gran importancia a Caricam, un congreso de telecomunicaciones centrado en los mercados isleños y no hispanoparlantes de la cuenca del Caribe.
Este año, el evento se celebró en Miami a principios de esta semana y su convocatoria incluyó a numerosos ejecutivos de las principales organizaciones y prestadores de servicio de la región. Mi participación en el evento se centró en hablar a grandes rasgos de las diferencias entre los 33 mercados de telecomunicaciones de esta parte del mundo, sus distintos niveles de desarrollo y cuáles son las presiones externas que tienen que enfrentar los operadores móviles al momento de definir su estrategia comercial.
Entre los puntos destacados de mi presentación, indiqué la relevancia que tiene el turismo en el sector de telecomunicaciones, de mercados que reciben hasta 13 turistas por habitante cada año. En otras palabras, el uso de servicios de telecomunicaciones por viajeros genera importantes ingresos para los operadores locales.
Sin embargo, para poder rentabilizar el ingreso potencial que pueden generar los turistas, las decisiones que se tienen que tomar pueden ir en contra de las recomendaciones que haga la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones (Citel) de la Organización de Estados Americanos (OEA). Esto se debe a que si la mayoría de los visitantes proviene de Europa, el regulador local (también los operadores de telecomunicaciones) probablemente tenga un mayor interés en ofrecer servicios inalámbricos en las frecuencias que ellos utilicen en sus mercados de origen.
El resultado es sencillo: mientras que la Citel aboga por impulsar la armonización de espectro radioeléctrico en las Américas (región 2), en el Caribe vemos mercados más interesados en poder utilizar las frecuencias que se utilizan en Europa (región 1). El resultado ha sido un acercamiento, en ocasiones salomónico, a la adjudicación de espectro radioeléctrico a los distintos operadores del mercado.
Los operadores y gobiernos del Caribe entienden que, independientemente de que pueda haber un gran interés de adjudicar espectro siguiendo los lineamientos de la región 2, la realidad indica que el mercado de origen de la gran mayoría de los turistas que los visitan es Estados Unidos. Esto hace que los representantes caribeños a foros internacionales como la Citel posean un interés especial en conocer la posición de Estados Unidos en lo concerniente a temas de espectro radioeléctrico.
Fue en este contexto que los representantes del Caribe comentaron que la banda UHF en sus mercados se encontraba prácticamente vacía y que les interesaría que fuese asignada para servicios móviles. Casualmente este interés coincide con las posturas de Canadá, Estados Unidos y México en la pasada reunión de la Citel sobre espectro radioeléctrico. Pero la baja asistencia y poca coordinación entre las diferentes delegaciones del Caribe con las norteamericanas se tradujo en la participación de cuatro delegaciones caribeñas (Bahamas, Belice, Jamaica y Trinidad y Tobago) en el congreso de la Citel.
Canadá, Estados Unidos y México tienen en el Caribe una gran oportunidad para promover su agenda sobre la banda UHF en foros internacionales. Hay que quebrar el viejo adagio tan cerca pero tan lejos y buscar una cooperación más cercana con los gobiernos de los países independientes de la cuenca del Caribe no hispanoparlante.