2017-11-20
El gobernador de Banxico dejará la entidad para asumir el cargo de gerente general en el BIS.
Entre los retos que enfrenta México para acelerar la inclusión financiera se encuentran la baja conectividad que prevalece en el país. La desigualdad en el acceso a líneas telefónicas; las diferencias generacionales en el manejo de la tecnología, e incluso la preferencia de los usuarios por permanecer en la informalidad, consideró el gobernador saliente del Banco de México, Agustín Carstens.
“Tal vez no hemos sabido mostrar convincentemente los beneficios de la inclusión financiera (…) o quizá, desde el punto de vista de la oferta de los servicios financieros, y de nosotros mismos como autoridades, hemos partido de un supuesto erróneo sobre los agentes económicos”, comentó.
Durante la conferencia inaugural de la Cátedra de Inclusión Financiera “Agustín Carstens”, que a partir de este año se impartirá en el Instituto Tecnológico y Autónomo de México, dijo que la inclusión financiera es un tópico crucial para el bienestar económico de las personas al que apenas le hemos empezado a “hincar el diente”.
En su experiencia, y en la de Catherine Mansell, su esposa, quien fue pionera en explorar la inclusión y educación financiera en el país, hace 22 años, “en la medida en que se amplíe el acceso de más gente al sistema financiero formal se multiplicará el bienestar económico de las personas”. Así que mal haríamos en quedarnos satisfechos con lo que se ha logrado hasta ahora, aseveró.
Tomó de inicio el ángulo de los usuarios del sistema financiero y la errónea percepción que pueden tener los seres humanos en materia de economía y finanzas.
“Los lamentables sismos que en meses recientes asolaron a México” dejaron al descubierto que a nivel nacional, sólo 6.5% de las viviendas cuenta con un seguro de daños. Al comparar el beneficio de tener un seguro de este tipo contra su costo a lo largo del tiempo, la cifra parece inexplicablemente baja”.
DESIGUALDAD TECNOLÓGICA
Saltan a la vista los rezagos en conectividad que aún tenemos, lo que evidencia el gran reto en materia de infraestructura, aseveró.
De acuerdo con datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones, afirmó, en la Ciudad de México son casi 95 conexiones de banda ancha fija, por cada 100 hogares. Mientras que en Chiapas sólo hay 16 conexiones por cada 100 hogares.
La misma desigualdad es abrumadora en el caso de las líneas de telefonía celular, acotó, que muestran que en la Ciudad de México hay 125 líneas por cada 100 hogares, pero en Oaxaca existen 54 líneas de telefonía celular por cada 100 hogares.
“El avance del promisorio proyecto de Red Compartida, encabezado por el gobierno federal, es un buen augurio”, dijo. Y en la medida que se alcancen plenamente sus objetivos, podría darse un “salto cuántico en materia de inclusión financiera”.
EDAD DE USUARIOS, OTRO DETERMINANTE
A nueve días de dejar el cargo, para asumir su nueva posición como gerente general en el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), explicó que el uso de la tecnología para transacciones y operaciones financieras varía de acuerdo con la edad de los usuarios, lo que debe ser otro punto a considerar.
“Deberíamos suponer que para millones de personas menores de 40 años, el contacto con las instituciones financieras, lo que denominamos acceso, será a distancia, virtual, electrónico, cibernético. No será físico, ni presencial y tal vez será prestado por instituciones de un cuño distinto a los bancos tradicionales”.
Pues tal como en los medios de comunicación, “también en la intermediación financiera nos ha tocado vivir una tajante transición entre lo materialmente tangible y lo virtual. Entre la interacción personal cara a cara, y la interacción electrónica a distancia. Entre el asiento anotado en papel y el registro cibernético”.
A partir del 1 de diciembre, Agustín Carstens se convertirá en el banquero de los banqueros centrales.
Entre sus aportaciones a México, como funcionario del banco central, está precisamente su proximidad a los jóvenes talentos de las universidades y la disposición que mostró para abrirles las puertas al Banco de México, como lo refirió Gabriel Casillas, director general adjunto de Análisis Económico de Banorte-IXE.
El director del primer think tank veracruzano, SAVER, Luis Pérez Lezama, ya había explicado a El Economista que el proceder del funcionario mexicano en los eventos críticos que le tocó desempeñar, su capacidad de análisis y el estilo de comunicar, tendrían que asumirse en el país como una nueva corriente, una nueva escuela.
LA NUEVA CARA DE LA INCLUSIÓN
- El todavía gobernador del Banxico dibujó un panorama con nuevas aristas en materia de inclusión financiera.
- Desigualdad en la conectividad. Mientras en la Ciudad de México hay casi 95 conexiones de banda ancha fija por cada 100 hogares, en Chiapas sólo hay 16 conexiones por cada 100 hogares.
- Desigualdad en líneas telefónicas. En la Ciudad de México hay 125 líneas por cada 100 hogares, pero en Oaxaca existen 54 líneas de telefonía celular por cada 100 hogares.
- Diferencia generacional en el manejo de tecnología. El uso de la tecnología para transacciones y operaciones financieras varía de acuerdo con la edad de los usuarios. Para las personas menores de 40 años el acceso a los servicios financieros es a distancia y en el futuro los brindarán entidades diferentes a los bancos tradicionales.
- Preferencia de los usuarios a permanecer en la informalidad. En la medida en que más gente se sume al sistema financiero formal, se multiplicará el bienestar económico.