vía El Economista
Si algo se ha hecho bien en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es cobrar impuestos.
La directriz presidencial fue clara: no a la condonación de impuestos a las grandes empresas.
Con esa premisa, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) no sólo no ha perdonado el pago de impuestos a los más ricos.
Al mismo tiempo los ha obligado a pagar completas sus obligaciones.
Para decirlo más claro, prácticamente les canceló la clásica vía del litigio, que por años les funcionó para no pagar completo o de plano no pagar impuestos, mediante el pleito legal.
Le ha cobrado bien a los más ricos y ha aumentado notablemente la recaudación.
Ha sido efectivo el combate a la evasión y elusión fiscales. Y como la receta ha surtido efecto, continuarán aplicándola.
Raquel Buenrostro, desde que fue designada Jefa del SAT afinó la puntería y se aplicó en los grandes contribuyentes, aquellos que tienen ingresos por más de mil 500 millones de pesos al año.
La recaudación alcanzada marca cifras históricas y proyecta un monto extraordinario al final de esta administración.
Se calcula que de mantenerse la tendencia, se recaudará al cierre del sexenio 1.7 veces lo que obtuvo el gobierno previo.
Los Grandes Contribuyentes aportaron, el año pasado, el 50% de los ingresos tributarios totales. Esto representa una cantidad de 3.5 billones de pesos.
Este segmento de contribuyentes es apenas el 0.02% del padrón total.
Bueno, pues este relativamente minúsculo universo de contribuyentes, pagaron contribuciones por 1.7 billones de pesos, al cierre del 2021.
El SAT los supervisa y casi con lupa está fiscalizándolos.
Lo cierto es que las cifras del primer trienio del sexenio lopezobradorista son espectaculares.
En la primera mitad de este gobierno el SAT ha recaudado el 86% de lo cobrado en los seis años del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Para ilustrarlo en cifras, del 2019 al 2021 se recaudaron 541 mil 682 millones de pesos.
En los seis años del gobierno anterior se cobraron 630 mil 784 millones de pesos.
Y aunque ha exprimido a los Grandes Contribuyentes, como no se había hecho en mucho tiempo, todavía va por más.
Desde el 2019 el SAT apuntó hacia 16 sectores específicos: acerero, alimenticio, automotriz, bebidas y tabaco, comercial, construcción, dirección de corporativos, energético, farmacéutico, financiero, inmobiliario, minero, servicios de apoyo a los negocios y telecomunicaciones.
Y los rubros en los que ha puesto la lupa son: Pérdidas fiscales, reestructuras corporativas, pagos al extranjero, ventas de acciones, ventas de intangibles, paraísos fiscales, repatriación de capitales, aplicación de saldos a favor y devoluciones improcedentes y estímulos en la región fronteriza norte y sur.
En reciente reunión con representantes de distintas cámaras y asociaciones del sector empresarial, el SAT les presentó el Plan Maestro 2022 de Grandes Contribuyentes.
El objetivo principal es aumentar la recaudación mediante la profundización de la fiscalización.
La estrategia se basa en seis puntos muy concretos:
1.- El análisis de los grupos económicos, operaciones con reestructuras financieras, ejercicios recientes y contribuyentes que nunca han sido revisados.
2.- Fomentar la autocorrección de los contribuyentes mediante observaciones sólidas
3.- Seguimiento de juicios y recursos de revocación.
4.- Auditorías a devoluciones para detectar devoluciones indebidas y recuperar adeudos.
5.- Evitar liquidaciones
6.- Revelar tasas efectivas del Impuesto Sobre la Renta para que los Grandes Contribuyentes conozcan los parámetros de referencia del impuesto.
Es positivo que el gobierno se aplique en sus tareas fiscalizadoras y recaudatorias. El tema pendiente es el del gasto.
México incluso se adelantó a la recomendación del Fondo Monetario Internacional que recientemente llamó a subir los impuestos a los más ricos.
El organismo financiero multilateral en una vuelta de su ortodoxo discurso se ha pronunciado por esa vía para paliar los efectos de la crisis pandémica.