El acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) muestran serias disparidades en América Latina, a partir de medir el acceso de los hogares a internet de banda ancha fija (BAF) entre los países, señaló la consultora especializada The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Los analistas, Jorge Corti y Javier Medina, señalan que de los 17 países analizados en la región, sólo seis están por arriba del promedio, además de que los contrastes no solo son identificables entre países, sino también al interior de cada uno de ellos.
Así, al cierre de 2015, la región alcanzó, en su conjunto, 69.3 millones de accesos a BAF, lo que se traduce en un promedio por tamaño de mercado de 42 por ciento de hogares que cuentan con el servicio. De los 17 países, solo 6 superan ese nivel de adopción, encabezando la lista Uruguay con el 79 por ciento, Chile con el 54 por ciento, Argentina con el 49 por ciento, Colombia y México con el 48 por ciento y Brasil con el 43 por ciento.
Centroamérica es la zona que se identifica con mayor rezago en el acceso a conectividad, al alcanzar tan solo un coeficiente de adopción de 20 por ciento de los hogares. Destacan los casos de El Salvador con el 24 por ciento, Guatemala con el 17 por ciento, Nicaragua con el 16 por ciento y Honduras con el nueve por ciento. Adicionalmente, resaltan otros en Sudamérica que tampoco han podido detonar la conectividad como Paraguay con el 16 por ciento y Bolivia seis por ciento, presentan un mayor rezago.
Esta disparidad entre países es atribuible a diversos factores, entre estos destaca el ingreso promedio de los habitantes de cada país, variable medida a través del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita. En la medida en que el nivel de ingreso es mayor en los hogares, estos pueden dedicar su ingreso al consumo de más bienes y servicios, incluido el de banda ancha fija. Es por ello que el PIB per cápita se relaciona positivamente con la adopción del servicio.
Los analistas refieren que una mayor capacidad adquisitiva permite a las personas hacerse del servicio de internet en mayor magnitud. Por ejemplo, Uruguay y Chile son dos de los países de la región con mayor PIB per cápita y, de igual forma, son aquellos en los que existe mayor adopción de la BAF.
Por otro lado, la adopción en hogares se asocia a la distribución de la población por rangos de edad. Países con una mayor proporción de la población entre 45 y 64 años de edad se correlacionen positivamente con mayores coeficientes de penetración del servicio. En este intervalo de años existe una cantidad significativa de personas económicamente activas.
Las personas de este segmento se caracterizan por alcanzar una madurez profesional y percibir mayores ingresos frente a otros intervalos de edad, condiciones que favorecen la contratación del servicio. La proporción de personas entre 45 y 64 años en la región oscila entre 10 y 25 por ciento. Países con baja adopción como Guatemala, Honduras y Bolivia alcanzan un coeficiente de 11, 13 y 14 por ciento, respectivamente, de la población en el intervalo referido. Es decir, se encuentran en la vecindad del límite inferior regional. En contraste, Uruguay, Chile y Colombia alcanzan niveles de 22, 24 y 21 por ciento, alrededor del límite superior, y se posicionan en los primeros lugares en la adquisición de BAF en hogares.
Por otra parte, existe evidencia que sustenta que aquellos países en los que se identifica una estructura de mercado más concentrada, con un menor número de operadores competidores o con un operador con una elevada participación de mercado, tienden a presentar características que inhiben el consumo y acceso a la banda ancha fija como altos precios, baja calidad, limitados incentivos a la inversión en infraestructura de telecomunicaciones y consecuentemente a alcanzar una cobertura óptima.
En este sentido, la concentración en el mercado, medida a través del Índice de Herfindahl Hirschman (IHH) que va de 0 a 1 donde 1 es el nivel máximo de concentración, se relaciona negativamente con la adopción de la BAF en los hogares de la región. Esta correspondencia se cumple únicamente para mercados en los que un operador estatal no es el operador principal o no tiene ventajas significativas frente a sus competidores.
México aún se encuentra en un nivel medio en el comparativo entre países, a pesar del avance y esfuerzos en el desarrollo de infraestructura, de las mejoras en cobertura, calidad y precios finales. Debido a que el principal operador (Telmex) alcanza una participación de mercado de 60 por ciento, aunado a la aplicación ineficaz e ineficiente del marco regulatorio, se reducen los incentivos a la provisión del servicio en condiciones óptimas y limita su adquisición.