Globalmente, cuando una entidad que evalúa y sanciona la anticompetencia, aplica medidas para no destruir una empresa, sino crear condiciones para que otras aumenten la oferta disponible sobre una cancha regulatoria pareja. Éste es el caso. En los primeros días de 2017, saldrá el primer informe sobre “efectividad de medidas impuestas a preponderantes” de la industria de telecomunicaciones. De entrada, América Móvil, que dirige Daniel Hajj, y Telmex, que dirige Héctor Slim, como principales actores del agente preponderante del sector, recibieron la “orden” del IFT, de Gabriel Contreras, para revisar sus “ofertas” a la industria (y fueron todos los mercados), así como sus prácticas de delay, estorbo y las chicanadasque han usado para impedir una rápida interconexión de antenas, redes, enlaces, etc. Ahora, se ha echado a andar una revisión “controlada digitalmente” para ver la entrada de solicitudes, tiempo de respuesta y, sobre todo, tiempo de ejecución de la respuesta, lo que implica un efectivo sistema de verificación. Ojalá funcione, porque en opinión de los competidores, el mercado es muy disparejo, aun cuando los precios han caído y que la penetración y la banda ancha se han ampliado.
El preponderante siempre buscará que se terminen las medidas impuestas, por la decisión regulatoria o por la decisión judicial (hoy, por ejemplo, en la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia, que preside el ministro Alberto Pérez Dayán, relativo al 133 de la Ley de Telecomunicaciones que inscribe la obligación de pagar cero pesos en terminación de llamadas, “invadió las funciones del Ifetel”, y el preponderante intuye que le negarán el amparo por infundado, apoyando la ponencia del ministro Pérez), pero también todos los operadores y no sólo Telefónica, que dirige Carlos Morales, o AT&T, de Thaddeus Arroyo, están atentos a las decisiones, saben que a la cancha le falta para estar pareja y sólo piden tiempo suficiente para dejar que se nivele. Como dijo el abogado general de AT&T México,Troy Hatch, en el evento de la Comisión de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que preside Gonzalo Martínez Pous, “para que haya condiciones de competencia efectiva, donde no haya un participante con más del 35% del mercado, se requiere tiempo con las medidas antimonopolio impuestas. La penetración, el uso y digitalización económica están en marcha, pero le falta”.
El cambio y la reforma ya se dieron, la ejecución está en marcha, y una prueba de fuego será la decisión del IFT sobre el cumplimiento del preponderante (yo lo cambiaría a conocer la efectividad de las medidas impuestas para ver si se cambian o refuerzan), en 2017.
Es evidente que los ojos de todos están ahí: El énfasis y el veredicto serán un elemento para juzgar el compromiso con la implementación real de las reformas, particularmente porque AMX y Telmex siguen teniendo poco más del 60% de sus respectivos mercados y, probablemente, se requiere un par de años más para que se cumplan los objetivos de una de las reformas más esperadas.
DE FONDOS A FONDO
#MeSorprenden las ganas de insistir en impuestos ineficientes. Usted sabe de la discusión respecto al impacto en las ventas de refrescos por el IEPS. Es de sorprender la información difundida por el INSP, a cargo de Mauricio Hernández, que reiteradamente ha mencionado que desde la implementación del impuesto, las ventas de bebidas saborizadas han disminuido: 6% en 2014, 8% en 2015 y que para 2016, la disminución será del 11%. Lo que sorprende a muchos es la diferencia entre las cifras que el INSP presenta, respecto a datos de otras fuentes, como el Inegi, a cargo de Julio Santaella, reportes que emiten las empresas sector a la Bolsa Mexicana de Valores o destacadas empresas de investigación de mercados, como Euromonitor de Tim Kitchin. Al analizar estas tres fuentes, se puede observar una diferencia abismal entre los datos presentados por el INSP y los de los otros organismos, ya que en 2014, las cifras promedio indican una disminución en volumen de entre 1% y 4%, para 2015 los volúmenes se mantuvieron prácticamente iguales y para el primer semestre de 2016, la gráfica es nuevamente positiva con crecimientos de entre el 1.5 (de acuerdo con la última actualización de la EMIM, que emite Inegi) y 2%, y se visualiza que este porcentaje siga creciendo para cierre de año, lo cual es señal de que los impuestos no tendrán impacto negativo en las tasas de consumo a futuro.
La información internacional y nacional, académica y de investigación han indicado que el impuesto a bebidas saborizadas ha sido ineficiente para reducir su consumo entre la población mexicana.Christopher Snowdon, economista de Reino Unido y especialista en políticas públicas, de quien ya le he platicado en este espacio, la semana pasada calificó la recomendación de la OMS de crear un impuesto de 20% a las bebidas azucaradas como una medida recaudatoria y comentó que la evidencia actual y los estudios que ha realizado y publicado con el IEA demuestran que esta medida no ha sido exitosa para disminuir los niveles de sobrepeso y obesidad.