2019-08-02
Quienes tenemos cierta edad recordamos la época cuando copiar implicaba rogarle al cerebrito de la clase que nos prestara sus apuntes o que al momento del examen nos permitiera echar un ojo a su hoja ya resuelta. El plagio es tan viejo como la humanidad; uno de los primeros casos registrados ocurrió en el siglo I de nuestra era cuando el poeta latino Marcial elaboró unos versos denunciando la apropiación cometida por un colega llamado Fidencio. Veinte siglos más tarde, el plagio no solo sigue siendo un dolor de cabeza; es un interminable juego de gato y ratón, ahora impulsado por tecnologías que lo hacen más rápido que nunca
Internet nació en laboratorios y cubículos académicos por lo que no sorprende que hayan sido estudiantes quienes comenzaron a sacarle provecho al cúmulo casi infinito de información allí resguardado. El método más sencillo de plagio en internet es el copy paste, es decir, tomar información de una fuente de información como la Wikipedia y pegarlo en la tarea o incluso en una tesis académica, pero existen muchos otros métodos. El análisis publicado por un investigador en la Universidad de Costa Rica en 2012 halló como prácticas de plagio frecuente la copia de otra fuente sin hacer la referencia correspondiente, la invención de fuentes, el uso de un trabajo ajeno al que solo se le cambió el nombre del autor y el uso de servicios de elaboración de trabajos académicos vía internet.
Sobre el uso de internet existen repositorios digitales que contienen tareas y ensayos que los estudiantes pueden descargar y pegar en sus propias tareas. Otros servicios en línea cobran por elaborar desde un ensayo hasta una tesis académica a precios que van de pocos cientos hasta varios miles de pesos. Estos servicios pueden contratarse a través de redes sociales como Facebook y el pago puede hacerse con tarjeta de débito, crédito e incluso por depósito directo a través de tiendas de conveniencia. Todo esto sin olvidar que el propio cerebrito de la clase ahora puede promover sus servicios y enviar las tareas vía Whatsapp sin que los adultos se enteren.
Cada plantel educativo tiene políticas propias para enfrentar este problema y establece las medidas más adecuadas para combatirlo, pero padres y tutores pueden colaborar activamente en su detección y combate siguiendo algunos consejos:
Indicios de plagio
– Algunas señales de tareas y trabajos copiados son los abruptos cambios de estilo en secciones del texto, el uso de vocabulario distinto al usado por el estudiante en otras partes de la tarea, la referencia de libros y autores ajenos al nivel académico del estudiante, así como la inserción de gráficos o tablas sin explicar de donde fueron extraídos.
– Una forma evidente de plagio es el uso de cifras y datos que no corresponden a lo solicitado en la tarea, es decir, usar datos de toda la Unión Europea cuando la asignación solo se limitaba a un país de la región.
– En algunos casos, quizá los más descarados, no sólo se plagia el texto sino el estilo (tamaño, tipo y color de la letra) del texto copiado.
Combate al plagio
– En México no existe una política unificada de acción contra el plagio académico amén de que no es un delito ni una falta administrativa sino una falta académica. Por ello es recomendable dar el primer paso y consultar con profesores y personal directivo sobre las políticas y sanciones que tiene la escuela para el plagio académico.
– Así como los métodos de uso de tecnología se han sofisticado, también lo han sido los métodos de detección. Existen servicios digitales donde se puede colocar el texto sospechoso y el sistema compara el contenido con una vasta base de datos publicados en internet para detectar aquellas partes que podrían haber sido tomadas de otras fuentes.
– El diálogo con los menores es fundamental. La mejor manera de combatir el plagio es hacerle saber a los estudiantes sobre el problema ético que involucra dicha práctica, así como de las consecuencias negativas que podría acarrear. Si bien el país no tiene un marco legal que sancione estas prácticas, existen casos de personas quienes debido a esta práctica perdieron trabajos, fama pública e incluso becas y apoyos por haber incurrido en esta práctica.