La tarde del pasado 21 de agosto los usuarios del servicio de internet fijo provisto por el agente económico preponderante (AEP) sufrió un fallo masivo que sacó de línea a millones de usuarios de internet en todo el país, aunque al parecer concentrado en las regiones del centro y occidente.
Las afectaciones de #infinitum en diferentes estados del País. Vía @downdetector pic.twitter.com/MR86jyCJHE
— Reforma Gadgets (@ReformaGadgets) August 21, 2017
En las horas posteriores la empresa emitió un comunicado explicando la situación.
Según la empresa, dos acontecimientos fortuitos afectaron a una cantidad no determinada de usuarios y aproximadamente una hora más tarde, la empresa emitió un segundo comunicado.
En cuestión de un par de horas el asunto quedó arreglado y todo permanecería como una anécdota de la vida de internet en México. Pero si analizamos el asunto con detenimiento, veremos que tiene aristas más profundas de lo que se piensa, especialmente relacionadas con el rol del AEP en el sector del internet fijo.
¿Por qué afectó la falla a tanta gente?
No sabemos con precisión la cantidad de personas que perdieron el servicio de internet durante la falla del AEP, pero el rastreo del hashtag en Twitter correspondiente al servicio involucrado tuvo un alcance de más de 19 millones de usuarios.
No es de extrañar. De acuerdo con datos del IFT, más de la mitad de las 14.1 millones de conexiones residenciales de internet fijo en el país están en manos del operador preponderante de telecomunicaciones. Es decir, poco más de 7.7 millones de casas dependen del mismo operador. Esta situación ocurre en buena medida porque el AEP es heredero de la infraestructura de la empresa paraestatal de telecomunicaciones del país y a más de 20 años de su privatización dicho agente económico sigue manteniendo una posición de cuasi monopolio en buena parte del país.
La otra razón de esta dependencia es porque la gente no tiene otra opción que acudir al AEP si quiere tener internet en casa. Un estudio realizado hace algunos años por la Comisión Federal de Telecomunicaciones, antecesora del IFT, halló que alrededor de la mitad de la población del país no tiene acceso más que a un proveedor de internet fijo o a ninguno.
Y resulta que en buena parte del país, la red del operador preponderante es la única disponible.
¿Por qué una falla en Mazatlán tuvo tanto impacto?
El internet de alta velocidad depende de redes de fibra óptica de alta capacidad llamadas backbone. Poca información existe sobre la extensión de tales redes, pero reportes de prensa indican que la red del preponderante superaba hace un par de años los 194 mil kilómetros.
Más aún, las redes de fibra óptica interurbana que llevan los datos hacia Estados Unidos están concentrados en unas pocas rutas. Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas recopiló en 2012 la información disponible sobre dichas redes y como se puede ver en el mapa, las redes interurbanas se concentran en pocas rutas.
Una de las rutas más frágiles ante cortes de la red en México está en el noroeste del país. Un corte en Mazatlán podría haber suspendido buena parte de las conexiones del país con servidores remotos en California o en la región de Asia Pacífico.
¿Qué tiene que ver la competencia con este incidente?
Pese a la expansión en la capacidad de las redes inalámbricas, el internet fijo sigue siendo la opción que mejor estabilidad y velocidad ofrece al usuario que quiere acceder a servicios audiovisuales como Netflix. Las prácticas del AEP desincentivaron por años la competencia en el sector y, por ende, una falla del predominante puede afectar a grandes cantidades de personas y negocios.
Peor aún, el peso del AEP es tan grande que incluso las autoridades lo piensan para sancionar a la empresa. Es revelador que hasta el cierre de este texto ni la Procuraduría Federal del Consumidor ni el IFT hayan anunciado una investigación para deslindar responsabilidades sobre la falla del servicio y mucho menos una imposición de sanciones.
Pero la solución de fondo vendrá cuando más empresas se animen a invertir, para lo cual el regulador tendrá que dejar de esperar que las quejas lleguen a su escritorio en forma de tuits enojados.
