Uno de los organismos con mayor influencia en el sector telecomunicaciones y de tecnologías de información es la estadounidense Federal Communications Comission (FCC), entidad reguladora del sector en Estados Unidos. Por ello, el arribo de Donald Trump a la presidencia del país vecino tiene el potencial para cambiar una pieza de regulación que despierta discusiones acaloradas: la neutralidad de la red.
El concepto de neutralidad de la red nació en 2003 dentro de las páginas del Journal on Telecommunications and High Technology Law. Allí el académico Tim Wu en la universidad de Virginia escribió un artículo donde postuló que para el buen funcionamiento en los servicios de intercambio de datos como Internet era necesario que las empresas proveedoras de estos servicios no discriminaran los datos al momento de transportarlos por sus redes.
Esto significa que los proveedores de servicios de telecomunicaciones no deben priorizar, dificultar o bloquear servicios competidores. Así, ninguna empresa debe cobrar cargos adicionales por “acelerar” servicios como YouTube o bloquear otros como Netflix. Esto suena sencillo, pero en Estados Unidos la controversia desató un estira y afloja de litigios donde empresas de telecomunicaciones buscan se les permita la modulación de tráfico de datos y la FCC, que opina exactamente lo contrario y promueve la neutralidad de la red.
La controversia terminó en la demanda 15.1063 que se resolvió en una corte de apelaciones del Distrito de Columbia con una victoria de la FCC el pasado mes de junio. El veredicto reafirmó la autoridad de la FCC para mantener la neutralidad de la red frente a las empresas de telecomunicaciones de los Estados Unidos, dejando el asunto legalmente concluido.
Hasta que ganó Donald Trump.
Resulta que el pleno de la FCC está constituido por cinco comisionados repartidos entre los dos partidos principales de los Estados Unidos, el demócrata y el republicano, manteniendo mayoría de comisionados el partido al que pertenezca el presidente estadounidense. Además, el comisionado presidente de la FCC es del mismo partido que el residente de la Casa Blanca.
Por ello el pasado 15 de diciembre Tom Wheeler, el comisionado presidente de la FCC anunció su intención de renunciar cuando Donald Trump asuma la Presidencia de los Estados Unidos. Simultáneamente, el resto de los comisionados renunciará para permitir que Donald Trump nombre tres comisionados que le corresponden como nuevo presidente.
Existe la posibilidad que Donald Trump elija un comisionado presidente nuevo, pero es costumbre que su nombre salga del cuerpo de comisionados en funciones dentro de la FCC. Actualmente la FCC tiene dos comisionados republicanos: Michael O’Rielly junto con Ajit Pai, quienes publicaron el pasado 19 de diciembre una carta donde expresaban su intención para revisar la neutralidad de la red con la intención de aligerar la carga regulatoria hacia las pequeñas empresas de telecomunicaciones.
Es muy posible que a partir del 20 de enero la política estadounidense de neutralidad de la red será revisada y muy probablemente revertida. El partido republicano de Donald Trump tiene mayoría en ambas cámaras del poder legislativo de los Estados Unidos por lo que, si lo desea, podría impulsar regulaciones que modifiquen la naturaleza de la neutralidad de la red e incluso anularla.
En México los artículos 145 y 146 de la Ley Federal de Telecomunicaciones regula la neutralidad de la red, pero aún están pendientes los lineamientos que el Instituto Federal de Telecomunicaciones emitirá sobre la aplicación de estos dos artículos. Quizá sea momento para pensar, con datos en la mano, sobre los efectos que la neutralidad de la red ha tenido en el desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones, en un mundo donde las inversiones necesarias para incrementar la calidad del servicio requieren centenares de millones de dólares, que se deben de solventar con márgenes de ganancia decrecientes.