2018-02-05
La Tierra Prometida
Con el slogan “Un México más y mejor conectado con Red Compartida”, Altán Redes es la empresa que opera el proyecto público/privado que busca poder ofrecer, en su etapa final, los servicios de telecomunicaciones móviles, como telefonía e internet a unos 110 millones de mexicanos.
Pero los verdaderos clientes no son el usuario final común y corriente como usted y yo, sino las empresas de telecomunicaciones, que son las que podrán disponer a conveniencia de la cobertura, capacidad y velocidad de la Red Compartida.
La Mandíbula de la Certeza
La primera fase de la Red Compartida ofrecerá servicio al 30% de la población, que equivale alrededor de 35 millones de mexicano, una promesa ambiciosa cuando apenas la semana pasada el IFT solicitó ajustes a Altán Redes en un tema tan importante, como definitorio para que todo esto funcione, el precio de mayoreo que le dará a las empresas de conectividad.
A 10 días de un nuevo presupuesto de precios y a menos de dos meses de que esta locura empiece a suceder, la pregunta está en el aire…
¿Cuánto de esto es sólo humo y cuánto será intercambio de espejos por oro? O tal vez la más importante de todas ¿Cómo afectará o beneficiará al consumidor? Que además tendrá que contar con dispositivos que cuenten con la tecnología para utilizar la Red Compartida.
La respuesta y las implicaciones no son triviales porque se trata de un recurso escaso y soberano (espectro) que hasta la Constitución consigna ya como un derecho básico para todos los mexicanos: la conectividad.