2018-01-31
Desde hace un par de años la atención de la prensa especializada en medios audiovisuales ha estado en los servicios de video digital conocidos como Over The Top (OTT). El servicio más famoso reveló a sus inversionistas en los inicios del año tener una membresía de casi 53 millones de suscriptores y en los Globos de Oro entregados hace unos días, por segundo año consecutivo cuatro de los cinco nominados a mejor serie de televisión y el ganador (The Handmaid’s Tale) fueron series transmitidas en servicios OTT.
La realidad es que la televisión sigue en el centro de la atención de las audiencias mexicanas y a su vez las empresas se transforman para llevar contenidos hacia nuevas plataformas. Pese al crecimiento de internet como medio para dispersión de contenidos, la televisión está presente en los hogares y en la vida cotidiana de las personas.
De acuerdo con la empresa de análisis de audiencias HR Ratings entre octubre y diciembre de este año en las tres ciudades más pobladas del país (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey) un promedio del 67% de sus habitantes vieron la televisión diariamente. Una cifra nada menor si se considera que de acuerdo con la Asociación de Internet.mx alrededor del 63% de la población mexicana es usuaria de internet, pero de ella alrededor del 55% consume películas o series vía internet. Más importante aún, el Instituto Federal de Telecomunicaciones indicó en su segundo reporte trimestral de 2017 (el más reciente) que hacia las 21:30, hasta una tercera de la población mexicana está viendo televisión.
La relevancia de la televisión queda de manifiesto en el mismo reporte por el gran peso que tiene la porción de población consumidora de televisión abierta (51.01%) y de su contraparte de paga (30.77%) frente a servicios de video provistos a través de internet (18.22).
Esto no significa que las empresas audiovisuales estén sentadas en sus laureles. Para empezar, las empresas televisoras mexicanas han intensificado sus operaciones internacionales fortaleciendo alianzas como lo hace Televisa, quien lanzará una versión mexicana del canal de contenido noticioso estadounidense Fusion, producido por Univisión y destinado al público millenial cubriendo temas controversiales como la industria emergente de la marihuana en los Estados Unidos o los movimientos supremacistas en tiempos de Donald Trump.
Por su parte la empresa regiomontana Grupo Multimedios incursionó en el mercado centroamericano y TV Azteca sigue un proceso de profunda transformación. Todo ello sin mencionar la entrada de 13 nuevos jugadores al mercado mexicano de televisión abierta, ganadores de la licitación IFT-06 realizada el año pasado y de un nuevo jugador como lo es Imagen Televisión.
Si bien la televisión es un componente central del consumo de contenidos audiovisuales para los mexicanos, es verdad que las personas cada vez consumen más medios a través de dispositivos móviles y fijos. Por ello virtualmente todas las empresas de televisión mexicanas ya cuentan con aplicaciones móviles para la transmisión en espejo de sus contenidos, pero abren la puerta para la distribución de otros productos creados específicamente hacia estas audiencias.
Reconociendo el poder de las redes sociales y del contenido generado por los usuarios de internet, las empresas más grandes del sector en México han lanzado iniciativas para que ideas nuevas se conviertan en productos rápidamente. Una de estas empresas ya creó un sitio web para recibir ideas de la audiencia mientras que la otra empresa está evaluando alrededor de un centenar de conceptos, de los que probablemente saldrá siguiente generación de programas y contenidos para audiencias mexicanas pero altamente globalizadas y que hoy pueden acceder lo mismo a series estadounidenses, doramas japoneses o televizyon dizileri de Turquía.
La televisión no cesa de transformarse, ahora a un ritmo más veloz que nunca; y pese a los pronósticos de su declive, es una industria cuyos ingresos llevan años sin dejar de crecer, como lo muestra en su Encuesta Mensual de Servicios el INEGI.