2019-07-02
Hubo una época cuando el ritmo de las horas estaba marcado por las campanadas de la iglesia llamando a los fieles al servicio religioso de la hora. Esos tiempos son parte de la nostalgia pues la vida contemporánea está marcada por zumbidos, destellos y timbrazos provenientes de teléfonos celulares y dispositivos que nos recuerdan incesantemente desde pendientes laborales hasta el desenlace del último problema familiar. Nuestra integración a estos aparatos y servicios es tal que de acuerdo con el Global Mobile Consumer Survey México publicado por la consultora Deloitte hace un par de años, la mitad de los usuarios mexicanos de dispositivos móviles revisaban mensajes en su celular en la mitad de la noche.
Los efectos de este bombardeo continuo de datos están siendo analizados por psicólogos y especialistas en ciencias sociales, pero los primeros resultados no son alentadores. Una investigación publicada en 2016 por académicos en la Catholic University of Korea encontró que las notificaciones de celular alteran la actividad neuronal mientras que otro estudio presentado por investigadores en las universidades de British Columbia y Virginia encontró que a medida que una persona recibe más mensajes y notificaciones, presenta síntomas de pérdida de atención similares a los de quienes padecen Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Ante esta situación, ¿qué se puede hacer?
La desintoxicación digital es un término que comenzó a popularizarse hacia finales de la década pasada como una respuesta a la creciente dependencia hacia nuestros dispositivos digitales. Algunos piensan que esto implica apagar el celular y meterlo en una caja bajo llave, si no es que arrojarlo por la ventana. No es necesario llegar a estos extremos y es posible desintoxicar nuestra vida digital siguiendo algunos pasos que nos pueden llevar a la tranquilidad analógica.
Paso 1, ordenar el torrente de información
Blake Snow, autor del libro Log Off: How to Stay Connected after Disconnecting, indica que uno de los mayores problemas relacionados con el uso de tecnología es que todos los mensajes que recibimos les damos el mismo nivel de atención sin importar si es un mensaje de un familiar enfermo o un correo basura. Por ello Snow recomienda crear cuatro grupos de prioridad: familia, amigos, salud, trabajo; los mensajes directamente relacionados con tales grupos de prioridad tendrán permiso para aparecer en las pantallas de nuestros smartphones y computadoras excluyendo a los demás. Parece banal, pero una parte no menor de los mensajes que nos quitan tiempo y atención tienen poca relevancia para nuestra vida y podemos pasarlos de largo.
Paso 2, define tiempos (y lugares) libres de tecnología
Un día tiene 24 horas de duración, de los cuales unas ocho deberían estar dedicadas al sueño, otras ocho al trabajo y ocho más para el ocio. La teoría el uso de servicios y dispositivos digitales debería mantenerse controlado a los ámbitos del trabajo y del ocio pues hábitos como tener el celular en el buró junto a la cama o usarlo como remedio contra la ansiedad y el aburrimiento crean un ciclo de retroalimentación negativa que incrementa el uso de la tecnología desencadena sensaciones de ansiedad en momentos donde se requiere máxima calma como en los minutos previos al sueño.
Paso 3, ahora sí planear la desintoxicación digital
Dejar por un tiempo el mundo electrónico que nos rodea es una tarea que debe planearse como unas vacaciones pues la idea es cerrar la laptop… para encender la televisión o descargar una película. Es recomendable preparar actividades durante la desintoxicación como practicar un deporte, caminar por la cuadra o realizar alguna actividad de reparación en casa con el fin de despejar la mente y dejar de pensar en el siguiente whats del grupo de amigos o el último chisme del muro de Facebook.
Paso 4, preparar el mejor momento
La desconexión implica mantenerse ajeno de mensajes que podrían ser importantes, por lo que una desintoxicación implica hacerlo en momentos donde sea más fácil mantenerse al margen de todo. El período vacacional de verano y un fin de semana largo pueden ser momentos ideales para apagar el celular y dejar atrás las incesantes notificaciones. Un par de días fuera de línea es un período razonable de tiempo, pero incluso unas horas desconectado pueden tener un efecto benéfico.
Paso 5, avisa de tu desconexión
En ocasiones, sobre todo en países como México, donde la inseguridad es un tema lamentablemente cotidiano, una desconexión, incluso por algunas horas, puede ser interpretada como un incidente delictivo como el robo del celular. Preparar mensajes de respuesta automática a los correos electrónicos, colocar en redes sociales mensajes fijos notificando y avisando en los grupos de mensajería más importantes sobre la ausencia y tiempo estimado de regreso evita malas sorpresas y llamadas al teléfono de casa a mitad de la noche.
Paso 6, apagar todo y ¡a gozar!
Ahora sí, es el momento de apagar el celular y la computadora para seguir el plan de actividades preparado y pensar que la vida moderna tiene muchas ventajas respecto de la vida de nuestros ancestros, pero la tranquilidad sin interrupciones, distracciones ni llamadas interminables es una oportunidad para, como decía la inolvidable Mafalda, dejar que lo importante se imponga frente a lo urgente.