México, D.F. a 7 de enero de 2013
El Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET) confía en que 2013 será un año clave para el desarrollo de las telecomunicaciones en México, sobre todo ante la perspectiva de posibles modificaciones al marco legal, las cuales deberán traducirse en que nuestro país cuente con una regulación más efectiva.
Para conseguir lo anterior se deben concretar tres grandes acciones: 1) fortalecer a los órganos reguladores y exigirles mayor transparencia; 2) regular a los agentes con poder sustancial para emparejar el piso de la industria, así como promover una mayor inversión para ampliar la cobertura de los servicios y mejorar su calidad; y 3) que las reformas en radiodifusión y telecomunicaciones sean acordes a las mejores prácticas internacionales.
Primero que nada, no debe pasar más tiempo sin que se publique el Reglamento Interior de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL), que está pendiente desde 2006 y que mejoraría la efectividad y transparencia en las decisiones del regulador. Además, este reglamento también optimizaría la distribución de competencias entre COFETEL y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para eliminar la famosa “doble ventanilla”. Resulta inaudito que, a la espera de las nuevas reglamentaciones, la COFETEL haya expedido en diciembre pasado, un Manual de Organización que es altamente cuestionable por el tratamiento desigual que prevé entre los Comisionados de este órgano.
Dentro de las mejoras regulatorias que se realicen, es importante que el fortalecimiento de las autoridades reguladoras se enfoque en que éstas tengan las facultades para generar y mantener las condiciones idóneas de competitividad, para lo cual es esencial contar con una regulación de dominancia.
De acuerdo con la experiencia de la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), entre ellos Estados Unidos, Australia y Canadá, esta regulación es fundamental puesto que norma al operador con poder sustancial de una forma distinta que a los demás participantes con el fin de inhibir prácticas depredatorias y discriminatorias, prevenir el desplazamiento indebido de competidores y así crear condiciones para la entrada de nuevos jugadores al mercado.
El que algunos operadores tengan obligaciones específicas, empareja el mercado para todos. La regulación de dominancia obliga a permitir el acceso desagregado a redes; a orientar los precios a costos; a garantizar un trato no discriminatorio en calidad y precios a los operadores que se interconectan con el dominante; a atender de manera efectiva y oportuna las solicitudes de servicios por parte de otros operadores; a no incurrir en prácticas de estrangulamiento de precios; a no incurrir en prácticas de ventas atadas, así como tampoco de tratos exclusivos con algunos clientes; y a proporcionar a las autoridades reguladoras acceso a información técnica, entre otros aspectos.
Los países considerados como los más exitosos por el nivel de desarrollo que han alcanzado sus respectivos sectores de telecomunicaciones desde que se dio la apertura a la competencia, tienen como característica común que han sido efectivos en regular la posición dominante de sus operadores incumbentes. Algunos de ellos son Reino Unido, con British Telecom (BT); Francia, con France Telecom (ahora Orange); Alemania, con Deutsche Telekom (DT); España, con Telefónica; Australia, con Telstra; y Chile, con CTC\ (ahora Telefónica) y Entel. Estados Unidos también figura entre estos países con el caso de las ex – baby Bells, denominadas en su momento de manera específica como ILECs (Incumbent Local Exchange Carrier). De éstas, las más conocidas hoy en día son AT&T y Verizon.
En el caso del Reino Unido, además del tipo de controles que ya se mencionaron, las autoridades de ese país introdujeron uno adicional: la separación funcional del incumbente (BT). En 2006 se obligó a BT a separar en un ente diferente su red de acceso local, con el objeto de garantizar el acceso equitativo y no discriminatorio de los demás operadores a su red. Este nuevo ente se denomina hoy en día Openreach. La OCDE ha dicho que éste puede ser un modelo a considerar por México, dado el elevado nivel de concentración y el consecuente limitado grado de competencia.
Para que México pueda avanzar en materia de regulación de dominancia, también se debe incrementar la efectividad de la Comisión Federal de Competencia, pues preocupa que al día de hoy, después de 18 años de vigencia del actual marco legal, no haya existido ninguna regulación de dominancia de manera efectiva.
Finalmente, el IDET considera que para que sean viables posibles modificaciones regulatorias, las medidas adoptadas en la industria de telecomunicaciones se deben dar de manera simultánea a las relativas a radiodifusión. Sin duda, la licitación de nuevas estaciones de televisión y el fortalecimiento de los medios públicos son pasos de gran importancia.
En 2013 resultará fundamental que los órganos reguladores se apeguen a las mejores prácticas internacionales para cumplir su deber de garantizar cobertura, calidad y precio. Sólo así podrán adoptar medidas regulatorias que impacten verdaderamente la calidad de los servicios y sus precios, en lugar de aquellas que no consiguen modificar ni la estructura de la industria, ni su prospectiva. Además de actuar con mucha mayor transparencia en la emisión de regulaciones y contratación de servicios de lo que hasta ahora se ha visto.