Pueden diluirse los efectos de menores tarifas en energéticos y telecomunicaciones.
A pesar de que la inflación se mantiene controlada y está en sus niveles más bajos históricamente, la tendencia puede cambiar de diluirse los efectos de los bajos precios de los energéticos y de las telecomunicaciones, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su informe semanal, el organismo detalló que la inflación se encuentra en niveles históricamente bajos porque, entre otros factores, ha habido un desempeño menor en la actividad económica, lo que limita las presiones provenientes de la demanda.
También han tenido una influencia sobre la variable las menores tarifas de energéticos y llamadas telefónicas.
“El efecto de la disminución en los precios de insumos de uso generalizado como los de los energéticos, las materias primas y los servicios de telecomunicaciones han tenido una importante influencia en la baja de los niveles inflacionarios”, abundó el Análisis Económico Ejecutivo.
Sin embargo, hay que estar al “pendiente” de la posibilidad de que cambien el ritmo inflacionario porque una vez que se diluyan los efectos de la reducción de precios de la energía eléctrica y telecomunicaciones, la base de comparación será con costos más bajos y eso puede traducirse en que suban los precios al consumidor.
Ello no se dará en este 2015, ya que hay consenso entre los especialistas en economía del sector privado de que se mantendrá el indicador en 2.82%, lo que significaría que se tendrá uno de los índices más bajos de la historia, dijo el CEESP, que dirige Luis Foncerrada Pascal.
Esa situación permite robustecer la percepción de fortalecimiento de la estabilidad macroeconómica del país, a pesar del entorno de volatilidad de los últimos meses.
El CEESP afirmó que a pesar de la baja inflación existe una precarización del ingreso de las familias, ya que en los últimos años los empleos que se generan son con salarios bajos, ya que del cuarto trimestre de 2007 al cuarto trimestre de 2014 se perdieron 3.2 millones de puestos de trabajo con ingresos superiores a los tres salarios mínimos, mientras que 5.4 millones consiguieron un empleo con ingresos inferiores a los 3 salarios mínimos en ese mismo periodo.
“Esta situación se mantiene e incluso puede inferirse que se agudiza, toda vez que en el primer semestre del presente año, la disminución de puestos de trabajo se amplió al segmento de quienes ganan de dos a tres salarios mínimos. Es decir, en los primeros seis meses se perdieron 615 mil empleos que percibían más de dos salarios mínimos, en tanto, que quienes consiguieron un puesto de trabajo con menos de dos salarios mínimos fueron 938 mil personas”, aseveró el organismo en su informe.