Vía El Economista
Además de la energía y el maíz transgénico, el gobierno de Estados Unidos está por poner sobre la mesa la falta de competencia en el sector de telecomunicaciones en México.
La próxima cumbre en Cancún, México, de las tres máximas autoridades en materia de comercio internacional de norteamérica: la embajadora Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, la ministra de Comercio internacional canadiense, Mary Ng y la secretaria de Economía de México, Raquel Buenrostro –mañana 6 y pasado mañana 7 de julio–, marcará el rumbo de dos de los conflictos comerciales más importantes que tienen las 3 naciones en su relación trilateral.
Pero sobre todo, se añadirá a la batería de asuntos problemáticos entre México y EU, uno que hasta ahora no se había mencionado, al menos oficial y públicamente.
Se trata del sector de las telecomunicaciones, en el que para los inversionistas norteamericanos, en México no existe piso parejo en materia de competencia.
El sector de las telecomunicaciones, es tan importante y estratégico, como el de la energía.
Los servicios de telecomunicaciones son indispensables para la atracción de inversiones extranjeras a México.
Representan uno de los insumos más necesarios para que la relocalización de empresas en México sea una realidad.
Adicionalmente, pondrán especial énfasis, en la preocupación por los esfuerzos abiertos del presidente Andrés Manuel López Obrador para socavar a los reguladores autónomos como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Tanto como en la necesidad de que México realice una reforma en materia de derechos de espectro radioeléctrico, en beneficio de los exportadores estadounidenses y los consumidores mexicanos.
Será una nueva “papa caliente” en las relaciones que mantienen México y Estados Unidos en el marco del T-MEC.
Así lo revela una carta enviada el pasado 29 de junio a la embajadora Tai por parte de las quince organizaciones que engloban a las grandes industrias manufactureras, exportadoras y de comercio como la Alianza para el Cumplimiento del Comercio (AFTE por sus siglas en inglés), la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la Asociación Nacional de Manufactureros y el Consejo de Pequeños Negocios y Emprendedores.
La carta pone énfasis en la falta de competencia que prevalece en el sector de telecomunicaciones.
Refiere que, desde la entrada en vigor del T-MEC, la presencia de mercado de América Móvil aumentó de 70.8 a 73%.
Y urge al gobierno de México a realizar una reforma en materia de costos del espectro radioeléctrico.
La concentración del mercado es exacerbada –apunta– por las tarifas de espectro que distorsionan el mercado a favor de América Móvil.
Es crucial –advierte– que el gobierno mexicano tome medidas, incluida la reforma de la tarifa del espectro, para promover la competencia en el mercado de las telecomunicaciones en beneficio de los exportadores estadounidenses, los consumidores mexicanos y para cumplir con sus obligaciones bajo USMCA.
Acusa al Presidente López Obrador de socavar la independencia del IFT y otros órganos reguladores al no haber nombrado a los comisionados pendientes.
Con esta llamada de atención México acumularía una nueva “tarjeta amarilla” en incumplimientos del T-MEC por la fragilidad que impera en las telecomunicaciones, un sector cuyo desarrollo es condición necesaria para el aprovechamiento del nearshoring y que tiene mayor impacto en el PIB, que el sector automotriz.
Desde el punto de vista de la Alianza para la Aplicación del Comercio, las infracciones del gobierno mexicano al T-MEC incluyen: políticas proteccionistas como cuotas de contenido que socavan el acceso de los creadores de cine y televisión estadounidenses al mercado mexicano; cambios a la ley mexicana de derechos de autor que socavarán las promesas de México bajo el T-MEC, y falta de competencia en el sector de las telecomunicaciones en México.
Además, argumenta que en México hay retrasos en el acceso al mercado de productos biofarmacéuticos, biotecnológicos y de tecnología médica estadounidenses; un sistema de protección de patentes inadecuado; promoción desleal de las empresas energéticas nacionales; exclusión del mercado mexicano de las empresas estadounidenses de servicios financieros, y regulación onerosa de los servicios en la nube.
Viene un cúmulo de nuevos temas que representan un reto para el gobierno mexicano, que tendrá que dirimir con su principal socio comercial. Al tiempo.