vía El Economista.
En mi artículo de la semana pasada analicé los supuestos derechos de las audiencias para señalar que, en realidad, se pretende disfrazar como derechos de los ciudadanos lo que no es otra cosa que una ampliación en las atribuciones discrecionales del gobierno para decirnos qué podemos ver u oír en radio y televisión, y qué no. También le mencioné que desde hace ya varios años, un grupo de activistas cercanos al obradorato, ha estado insistiendo en que se otorgue al gobierno la facultad para decidir lo que es verdad y lo que es mentira; lo que es información y lo que es opinión; lo que es programación y lo que es publicidad (evidentemente, desconocen que algunos ingresos del cine, los videojuegos, la radio y la televisión provienen del product placement).
Su cruzada pretende otorgar sustento jurídico para que el gobierno pueda controlar a los medios electrónicos de comunicación, y, como siempre pasa con los cuatroteros, lo que exigen a los medios privados ellos se lo pasan por el arco del triunfo ahora que son altos funcionarios de los medios propiedad del gobierno, que más que medios públicos se han convertido en una máquina de propaganda del gobierno de López Obrador.
A raíz del señalamiento que muchos hemos hecho, los comisarios de la verdad, encabezados por Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, y los directores del Canal 11, Canal 22, Radio Educación, IMER, Capital 21, Canal del Congreso, Canal 14 y Altavoz Radio, firmaron un comunicado en el que pretenden hacer como que la Virgen les habla. Con un argumento digno de las cualidades intelectuales de la cuatroté, nos recuerdan que los medios públicos no tienen atribuciones para regular el contenido de los medios privados. Esto es obvio para cualquiera. Lo que no dicen es que son precisamente ellos los que llevan años preparando el camino para que López Obrador pueda suspender las transmisiones de los programas que le sean incómodos. Dicen también que eso es atribución del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y que éste es autónomo. Esto es cierto, hasta ahora. ¿Cuánto tiempo más cree usted que pueda resistir un IFT sin comisionados y al que López Obrador pretende cooptar por la vía de la asfixia presupuestal y los ataques calumniosos desde su púlpito de pastor protestante? Una vez que caiga el IFT, los comisarios de la verdad se van a dar grasa con nuestra libertad de ver y oír lo que nos dé la gana.
Mire usted, dentro del catálogo de ambigüedades que nos quieren ensartar, los medios electrónicos estarían obligados a: 1) transmitir contenidos que reflejen el pluralismo ideológico, político, social, cultural y lingüístico de la Nación; 2) transmitir programación que incluya diferentes géneros que respondan a la expresión de la diversidad y pluralidad de ideas y opiniones que fortalezcan la vida democrática de la sociedad; 3) que se diferencie con claridad la información noticiosa de la opinión de quién la presenta; 4) otorgar el derecho de réplica, y 5) abstenerse de transmitir contenidos que discriminen por origen étnico, género, edad o condición social, entre otras.
¿A usted le parece que la programación de los canales del gobierno cumple con lo anterior? Recuerde que transmiten íntegramente las casi tres horas de conferencia diaria del presidente. ¿Cumple este programa con “los derechos de las audiencias”? ¿En la Mañanera hay pluralismo ideológico? ¿López Obrador diferencia con claridad información de opinión? Los agraviados por las calumnias, difamación e injurias del presidente ¿tienen derecho de réplica? ¿López Obrador discrimina a los fifís y a los solovinos en función de su condición social?
Como puede ver, lo que estos fantoches exigen a la radiodifusión privada son incapaces de cumplirlo en la televisión pública. Para hacer mayor el agravio, su propaganda se paga con el dinero de todos los mexicanos.
Si el IFT quisiera, podría sacar del aire la Mañanera para “proteger los derechos de las audiencias”. ¿Se imagina usted el berrinche que haría López Obrador? Pues bien, eso es lo que los comisarios de la verdad pretenden conseguir para que su caudillo y señor lo haga con todos los medios de comunicación que le parezcan incómodos.
@gsoriag