2022.02.24
Vía El sol de México
Esta semana la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT) se pronunció en contra de la censura a periodistas y medios de comunicación, y advirtió sobre el grave riesgo de retroceso a un México de los años 70´s donde el Estado controlaba a los propios medios escritos o radiodifundidos, a través del papel o las concesiones.
Dicha regresión depende en este momento- en principio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) quien deberá decidir si apuesta por la libertad y la democracia o bien opta por un régimen de censura que impone a comunicadores separar e identificar la “información” de su “opinión”, la existencia de censores y códigos de ética impuestos por la autoridad, así como sanciones en caso de incumplimiento.
Esta será una decisión de responsabilidad histórica, por eso el llamado puntual a la SCJN para que pondere adecuadamente su futura sentencia, donde ojalá prevalezca la sensatez y racionalidad, ya que el fallo tendrá consecuencias para el futuro del país.
Si la SCJN resuelve en forma adversa, Usted lector dejará de tener opiniones objetivas y hasta críticas a los gobernantes en la radio y televisión, poco a poco se producirá un fenómeno de auto silenciamiento para evitar ser sancionados ¿Es este el régimen de libertades que queremos para México? ¿Eso es lo que quiere ver o escuchar al sintonizar su noticiario o programa de opinión?
El llamado también es para el Congreso y el Poder Ejecutivo para que eviten se instale un régimen de control sobre los medios de comunicación, con una sobre regulación. La periodista Adriana Pérez Cañedo lo dijo muy bien: antes de ser periodistas, comunicadores, empresarios de los medios, somos mexicanos, y lo somos por encima de los gobiernos en turno, sin prensa no hay democracia y este es un momento decisivo.
El caso es tan relevante, que la CIRT ya acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para solicitar se dicten medidas cautelares, cuyo presupuesto es la existencia de una situación grave y urgente ante la posibilidad de que haya un daño irreparable contra de la libertad de expresión y en perjuicio del libre flujo de la información y la opinión que deben imperar en un sistema democrático.
Si se acudió a la CIDH es porque existe el riesgo de que las instancias nacionales opten por el control informativo y la censura; el dictado de medidas cautelares podría detener lo que ha resuelto las Salas de la SCIN y sensibilizar al Pleno de la SCJN en la histórica decisión que tiene ante sí.
La libertad de expresión implica disentir, discrepar, manifestar lo que es y crear conciencia, el hecho de no pensar igual o de alabar no es ser adversario, todos tenemos la misma libertad, se vale replicar y defenderse. Que la SCJN haga justicia.