2021.03.05
Vía La Lista
Hace ya muchos años que la guerra tecnológica entre China y Estados Unidos se ha ido profundizando, especialmente durante la administración Trump cuando Huawei Technologies resintió un fuerte impacto por el cierre del mercado estadounidense.
La guerra fría entre Rusia y Estados Unidos ya se puso caliente otra vez.
En respuesta al Servicio Antimonopolio de Rusia (FAS), Vladimir Putin firmó para su país, la “Ley anti Apple”, con la que prohíbe a partir del 1º. De julio, la venta de dispositivos móviles que no tengan preinstaladas aplicaciones rusas.
El posible abuso de Apple en su posición de mercado de aplicaciones móviles ya es tema en todo el mundo, y no es para menos cuando tiene una participación del 100% del mercado de apps en su sistema iOS, y que solo permite su instalación desde su App Store.
Kaspersky alertó en noviembre del 2019 que Apple está aprovechando su posición preponderante al no sólo cerrar la puerta de proveedores de software externos a su plataforma, sino también bloquear aplicaciones de terceros que le resten negocio para la creación de servicios similares propios, como lo fue en el caso del control parental que ofrecía Kaspersky, y que al eliminarlo Apple introdujo “Screen Time”.
No olvidemos que en la tecnología como en la vida misma, una cosa lleva a la otra.
Para Rusia esto puede ser un hermoso pretexto para iniciar o bien respaldar una guerra de represión no solo a Apple, sino a cualquier gigante tecnológico estadounidense, como una medida de restricción de su crecimiento en una de las economías más grandes del mundo, que si bien no es tan poderosa como la China, les puede causar un enorme daño económico.
La tormenta perfecta
Mientras tanto la pandemia juega con sus propias reglas, acelerando al mundo tecnológicamente. La intensiva adopción de dispositivos electrónicos, sumada a la minería del bitcoin, y la escasez de chips, no sólo está retrasando el lanzamiento de productos como el iPhone 12 o la PlayStation 5, sino también frenando las operaciones y cadenas de suministro de una larga lista de empresas que dependen del comercio mundial.
Hace ya muchos años que la guerra tecnológica entre China y Estados Unidos se ha ido profundizando, especialmente durante la administración Trump cuando Huawei Technologies resintió un fuerte impacto por el cierre del mercado estadounidense para la comercialización de productos y servicios tecnológicos chinos, y la prohibición del uso de tecnología como el sistema operativo Android en dispositivos móviles de Huawei.
Si China deja de ganar dinero, probablemente no invertirá tanto en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, y frene la implementación de la tecnología 5G en muchos países. Podría ser.
Sin embargo es Taiwán quien decide hacia dónde va este conflicto. La Compañía de Fabricación de Semiconductores de Taiwán (TSMC), es la empresa más poderosa de chips en todo el mundo. China tiene muy cercano, y en su mismo el idioma, el cómo atacar por la vía del robo de talento taiwanés, a un paranoico Estados Unidos que ve en China a una amenaza contra su seguridad nacional.
Estamos viviendo una tormenta perfecta. Un virus implacable, la caliente guerra fría tecnológica entre oriente y occidente, un clima helado en Texas para iniciar el 2021 que frenó a decenas de empresas maquiladoras, un reciente incendio en una fábrica de chips en Japón, y un barco que bloquea el Canal de Suez, nos tiene en escasez de recursos de todo tipo, en especial los tecnológicos, imprescindibles para poder subsistir en un mundo ya muy digitalizado.
Recomiendo ampliamente que no perdamos el sentido del humor.