2021.03.12
Vía El Sol de México
Aun es incierto cómo será el último trienio del actual Ejecutivo Federal, en mucho dependerá de diversos factores: i) la decisión del voto popular de junio próximo para la conformación de la Cámara de Diputados y de las 15 gubernaturas; ii) el ejercicio de contrapesos que realicen los órganos autónomos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN); iii) la evolución de la pandemia y iv) los resultados en materia de bienestar económico y seguridad pública.
El tener un gobierno sin rumbo y unipersonal, con una visión setentera y de querer pasar a la historia como héroes, por supuesto que tiene inquietos a los inversionistas nacionales y extranjeros, y al propio gobierno norteamericano, por ser nuestro gran socio comercial y ser parte de un tratado (TMEC).
La apuesta de muchos analistas es por la radicalización, ello implicaría decisiones cada vez más polémicas que tendrían que dilucidarse en el Congreso o en la SCJN, lo que llevaría a una gran polarización para 2024, y que en el largo plazo podrían litigarse en el plano internacional.
Tan no hay claridad, que hace unos días el Presidente mencionó que, aunque triunfe el movimiento de la 4T en 2024, de todas maneras no hay garantía de continuidad, acaso ¿no hay confianza en los partidarios de la 4T? ¿Fue una expresión para generar expectativa de autoconfianza en la oposición?
En este contexto es trascendental mantener los órganos constitucionales autónomos que ejercen funciones especializadas en el control de divisas, banca, energía, competencia económica, fiscalización de recursos públicos, transparencia, elecciones y telecomunicaciones; si acaso hay un mal desempeño y gasto excesivo, existen controles y un régimen de rendición de cuentas para llamar al orden, pero no habría que encaminarse en su desaparición.
Es importante que las instituciones y poderes del Estado sigan ejerciendo sus controles y contrapesos, si desaparecen los equilibrios que aún existen arribaríamos nuevamente a un poder absoluto, que se creía superado por la historia. Retroceso muy costoso, por donde se le vea.
Para el miércoles de la siguiente semana en la Segunda Sala de la SCJN en el amparo en revisión 521/2020, se tiene previsto, de acuerdo al proyecto de sentencia difundido, negar el amparo Telcel en contra del acuerdo de tarifas de interconexión para 2018, sería una decisión histórica en favor de la competencia en el sector de telecomunicaciones, además de que mandaría una señal clara para seguir evitando la obstaculización judicial de la competencia, apenas en el Juzgado Segundo de Distrito Especializado en Telecomunicaciones se admitieron a trámite, ocho nuevas demandas de amparo pero ahora contra las condiciones de interconexión para 2021.
Pese a ello, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, le está dando largas a las medidas derivadas de la revisión bienal, que ya están desde el 8 de diciembre pasado y dio un periodo de gracia de 6 meses. Ve la ofensiva de la 4T y no se hinca.