2021.03.08
Vía La Lista
México, un país en donde el 51.2% son mujeres, la brecha digital de género inicia desde la infancia, cuando las niñas enfrentan mayores obstáculos para el aprovechamiento de la tecnología.
Este #8M21 y todos los días, conviene reflexionar cómo la pandemia ha puesto de manifiesto la gran desigualdad en la economía digital entre países desarrollados, contra los que se encuentran en vías de desarrollo. Sobre todo en cuanto a la brecha digital, disponibilidad y adopción de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
México, un país en donde el 51.2% son mujeres, la brecha digital de género inicia desde la infancia, cuando las niñas enfrentan mayores obstáculos para el aprovechamiento de la tecnología.
La situación se agrava debido a los estereotipos culturales presentes en las familias, la escuela y el trabajo, que se refleja en un menor uso de la tecnología y menor participación en carreras y actividades STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), así como en la creación y uso de las TIC.
Los efectos excluyentes de la brecha digital, con especial impacto en las mujeres y niñas, tienen consecuencias en el corto y largo plazo. Podemos destacar por ejemplo:
Efectos colaterales por un menor acceso a conectividad y tecnología por parte de las niñas y las mujeres
Para crear un entorno de empoderamiento de las niñas y jóvenes en el mundo de las TIC, y lograr más representación de mujeres en carreras universitarias con enfoque STEM, organismos como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo adscrito a la ONU, han desarrollado iniciativas para reducir la brecha de género. Tal es el caso del Día de las Niñas en las TIC, que este año se celebra el 22 de abril, y cuyo objetivo es eliminar la falsa creencia de que las mujeres, desde su infancia, no cuentan con habilidades necesarias para la ciencias y la tecnología, y borrar la percepción de que las mujeres utilizan la tecnología sólo para temas sociales.
Disminución de niñas escolarizadas debido que las familias de escasos recursos prefieren orientarlas al cuidado de los hijos para asegurar su futuro laboral
En consecuencia existe una fuerte disminución en el desarrollo económico en los países, que podrían duplicar su Producto Interno Bruto (PIB) al integrar a las mujeres en el campo productivo en una era ya muy digitalizada, y que de forma transversal adopta a la tecnología en cualquier actividad. Según el Banco Mundial, de eliminarse la discriminación de las mujeres en el trabajo, la productividad podría aumentar hasta en un 40%.
Externalidades de la falta de condiciones equitativas para las mujeres en el entorno laboral
En México, sólo el 7.5% de las mujeres que trabajan son parte del consejo administrativo o bien dirigen una empresa. Además, en la búsqueda laboral, las mujeres pueden ser entrevistadas cinco veces más que un nombre en un proceso de selección a un puesto, y de ser contratadas, se les asciende jerárquicamente con base a su desempeño, y no en su potencial como es en el caso de los hombres.[1]
Promover la adopción de la tecnología en las mujeres será un gran paso para el cierre de la brecha digital. Permitirá igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito académico y laboral, y tendrá consecuencias positivas para todos.
México necesita y merece ser un país próspero, no sólo en lo económico sino también en lo emocional. Permitir el completo desarrollo de las capacidades femeninas traerá como consecuencia una sociedad más empática, receptiva y preparada para los grandes retos que nos trae un mundo cada vez más digitalizado.